domingo, 25 de abril de 2010

LA CITA

Era sábado, Salí a trabajar muy temprano, llena de energía para mi cita a cenar con Armand, cuando llegue Doña Isabella, me dijo
-estas muy llena de energía Eli.
-si, tengo una cita con un muchacho muy apuesto.
-me alegro mucho querida, ¿y ya has pensado en lo que vas a ponerte hoy?
-estoy pensando en eso, imaginándomelo a el, creo que iremos a algún restaurante fino.
-¿me permites ayudarte, con lo que te vas aponer hoy?
-oh! Dona Isabella, como se le ocurre, no quiero…
-nada, quiero hacerle un regalo a mi bella empleada, es lo menos que puedo hacer por toda tu ayuda. –interrumpió
-esta bien.
Doña Isabella entro a una habitación, saco su abrigo, su bolso y salimos para el centro de la ciudad.
Ahí, doña Isabella, me hizo probar miles de vestidos, todos eran muy hermosos, pero también costosos, trataba de no encariñarme mucho.
-¿cuales te gustaron?
-el negro y el blanco son muy hermosos, pero pues son demasiado costosos, es mejor que busquemos en otras…
-dame un segundo.
Se acerco a la caja registradora y compro los vestidos. Y se acerco a mí.
-ten tus nuevos vestidos, ahora iremos por los zapatos.
No podía salir de mi shock, no podía creer que podía pagar todo eso.
Nos acercamos a una tienda de zapatos, donde encontramos los zapatos indicados para los vestidos, y como siempre costosos, hasta más no poder. Y ella se me adelanto y me los compró.
Pasamos a una joyería, donde compro 2 tiaras, 1 para cada vestido.
Cuando regresamos ya eran las 4.00pm
-bueno es hora que empecemos a alistarte.
-muchísimas gracias por todo, Doña Isabella
-de nada mi niña, cuando vayas a entrar aquel restaurante vas a ser la envidia de todos.
-pues ese no era mi objetivo, pero por lo menos no me voy a preocupar de que mi acompañante mire a otra muchacha. – dije entre risas.
Me puse el vestido blanco, unas sandalias con brillantes incrustados, y la tiara con incrustaciones de diamantes, era hermosa. Doña Isabella, me peino y maquillo. Cuando me acerque al espejo, no podía reconocerme, estaba realmente hermosa. Nunca me había visto así de bonita, ni en el mejor de mis momentos.
Sonó el celular
-Hola Eli, ¿donde estas?
-hola Armand espérame, ya voy para allá, dame un segundo.
-¿voy por ti?
-no, espérame.
-esta bien, no te demores.
Ya estaba lista para salir y Doña Isabella tomo mi mano,
- espera, ¿falta algo?
Salió corriendo por un pasillo y salió con un cofre.
-esta cadena será perfecta con ese vestido
Era un diamante tallado en forma de un corazón, era hermosísimo.
-OH! Dios mío, no puedo creer ver una joya más hermosa que esa…



-hay mas, pero por hora ponte este, el carro te espera afuera.
-muchas gracias, se lo devolveré apenas termine la cita.
-no te preocupes, disfruta tu salida.
Subí al taxi que había llamado y cuando iba llegando a mi casa, vi un carro súper hermoso y por cierto demasiado lujoso. Había una persona recostada afuera del carro, al ver el taxi, volteo la mirada. Y cuando Salí quedo boquiabierto.
-Estas hermosísima… -dijo aun asombrado
-Gracias Armand.-dije apenada
Él venia con un esmoquin beige, y venia con un paquete en su mano izquierda.
-te había traído este regalo, pero creo que te lo pondrás en otra oportunidad, porque realmente te ves hermosa con el que tienes puesto…
Se acerco y me dio el paquete.
-Vamos y me esperas en la sala mientras guardo tu regalo.
-si, claro.
Entramos y mi madre estaba viendo televisión con mis hermanos.
-Buenas noches. -Dijo Armand
-Buenas noches. Dijo mi familia
Mis hermanos despegaron su mirada del televisor y la posaron en mí.
-Hermana, te ves preciosa.
-gracias hermanos, ya vuelvo.
Y subí las escaleras rápidamente
Ahora la mirada se posaba en Armand.
Tome el paquete y lo puse encima de la cama, no lo abrí, deje al lado la bolsa con el otro vestido. Y baje rápidamente las escaleras.
Mi madre estaba hablando con Armand, le estaba diciendo que entrara y se tomara algo. A lo que el respondió que ya íbamos de salida.
-¿Lista? Dijo
-si, vámonos.
-que les vaya muy bien, dijo mi madre.
Mis hermanos estaban afuera viendo el carro, y cuando vieron que nos acercábamos, nos abrieron campo. Armand abrió la puerta para que entrara. Cuando estaba adentro vi como mis hermanos se le acercaron.
-mas te vale que mi hermana regrese sana y salva. – dijo Edgar
-le llega a pasar algo…- dijo David
-y lo lamentaras…-Dijo Cristian
Los 3 con sus miradas amenazantes, se veía como sus ojos se comían lentamente a Armand.
-no se preocupen, así como me la llevo, así se las traeré, enterita…- dijo un poco asustado.
-mas te vale. Dijeron los 3
Entro rápidamente al carro y salimos a nuestra Cita.
Llegamos a un restaurante muy fino “me lo suponía” así que no era de extrañarse…
Comida muy fina, todo muy elegante.
Terminamos de comer y de charlar por un buen rato, sobre su viaje y las cosas que había estado haciendo en Europa y decidimos ir devuelta a casa.
Cuando paramos enfrente de mi casa, me disponía a salir del carro, pero el tomo mi mano…
-espera. Dijo suavemente…