viernes, 17 de diciembre de 2010

BESOS DE SANGRE

- perdona que no te haya avisado que vendría, pero en verdad quería verte y hablar contigo a solas. –dijo
-Ok, no hay ningún problema. – dije
Busque en mi bolso las llave y abrí la puerta.
-Disculparas, no estaba preparada para tu visita y tengo un poco de desorden. –dije apenada
-Si no hay problema, me sentare en las sillas de la cocina, te molesta? –dijo
-No, como se te ocurre, tendrás que disculparme, por no tener muebles donde ubicarte –dije
Fui directamente a mi habitación, a dejar mi bolso. Por un momento, me puse a pensar < ¿de que querrá hablar Armand? o ¿será que me quiere decir que va a discutir con Vesh?>, deje el bolso encima del edredón y me dirigí a la cocina.
-Armand? –dije buscándolo
-me buscabas? –dijo detrás mío
Iba a voltearme y me abrazo, puso su barbilla en mi hombro y acerco su boca a mi oído.
-Nadie podrá oírte, de eso puedes estar segura. – dijo
Sentí como la sangre bajaba de mi rostro, dejándolo totalmente pálido, trate de soltarme y no podía, me tenia sujeta en medio de sus brazos.
-porque simplemente no bajaste la vez que te dije que quería hablar contigo? –dijo
-No podía, no quería que me vieras como estaba? –dije
-y como estabas, acaso simplemente no podías bajar a decirme lo que te pasaba, esa es la clase de confianza que me tenias?
-No es eso…
Sentí como volé por un momento, cuando a una velocidad casi inhumana me tiro contra un muro de la sala, golpeando fuertemente el cuerpo.
-quien te crees que eres para jugar conmigo, además sabias que te quería, porque te metiste con Vesh. –dijo furioso
-Lo lamento, no sabia lo que tu sentías, lo siento.-dije mirando hacia el suelo
Levante mi mirada y vi que sus ojos ya no tenían ese hermoso color gris, si no un tenebroso rojo carmesí. Estaba llorando, vi como sus lágrimas rodaban por sus mejillas, como fruncía la boca y como apretaba sus puños.
Trate de levantarme, pero estaba tan estropeada, que escasamente era un milagro que aun estuviera consiente.
-no puedes mentirme, tu sabias lo que sentía, dices lo que dices ahora, porque crees que Vesh es mejor que yo. –dijo
Se acerco lentamente a mí y me levanto del suelo sujetándome del cuello.
-vas a sufrir lo que he sufrido por siglos, quiero que sientas la soledad en tu sangre y entiendas que solo una vez se siente amor, y cuando no es correspondido es mejor que muera. –dijo
Volvió y me tiro contra el muro, pero esta vez fue con más fuerza, esta vez caí al suelo, y no podía levantarme del dolor, esta vez pensé que seria mi fin. Se me acerco una vez mas y me miro con odio. Vi como lloraba de la rabia que corría en su interior.
-como se siente? lo que tu sientes en este momento es lo que yo siento en mi interior, tu crees que porque soy frio, no puedo sentir?, te metiste con Vesh, sin primero consultarme a ver yo que opinaba o peor, yo que sentía.
Tomo mi cuerpo y lo puso sobre mi cama, estaba demasiado golpeada, así que no podía moverme. Se me acerco y mordió mi cuello…
Sentí como si el fuego entrara por mis venas y quemara todo a su paso, empecé a gritar del dolor. Después soltó mi cuello, me miro con sus ojos rojos y me dio un beso. Sentí como la sangre se detenía y un frio tenebroso entraba en mí, sentí que la vida que alguna vez hubo dentro de mí se iba, y daba paso a la muerte.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

LA VISITA

-que haces aquí. – dijo Vesh
-te estuve buscando y pues no se me ocurrió otro lugar para buscarte que aquí. Pero no pensaba que Eli estaría contigo. –dijo Armand
-si, vinimos un rato a conversar. Y pues estoy seguro que la quiero en verdad, y quiero estar con ella. –dijo seriamente y tomo mi mano.
Armand me miro fijamente, sus ojos eran penetrantes. Yo trataba de esquivar aquella mirada. Finalmente desvió su mirada al suelo y abrió la puerta de su auto.
-Esto es lo que realmente quieres Eli. –dijo mirándome fijamente de nuevo
Vesh puso también su mirada en mi, aquella mirada tan dulce, que hacia que lo que pensaba saliera con sutiles palabras.
-Yo lo quiero, y no sabes cuanto espere por volver a sentir, lo que ahora siento por el. – dije
-Ok, de acuerdo. Nos vemos en casa Vesh, te cuidas Eli.
Subió en su auto y se interno en la noche.
-No quiero que trasnoches más, así que iré a dejarte a tu casa. Pasare por ti hoy en la noche para que salgamos a pasear un rato, te parece? – dijo

Asentí con la cabeza, y el me tomo entre sus brazos y beso mi frente. Subimos al auto y nos dirigimos a mi casa.
Cuando llegamos, el bajo velozmente y abrió mi puerta.
-llegamos Eli. –dijo
-déjame aquí, yo no quiero demorarte Vesh, me imagino que tendrás que madrugar. – dije
-si, creo que tienes razón, me imagino que Armand me estará esperando para que hablemos… –dijo
-O quizás simplemente se fue a dormir. Recuerda que es muy tarde y la verdad es que a esta hora hay muy poca gente despierta. Y dudo que Armand sea de las personas que trasnochan solo para charlar. –Interrumpí
Se me acerco lentamente y cerró mi boca con un delicioso beso.
-Te veré después – dijo subiendo a su auto

Llegue a el edificio, estaba realmente solo, ni siquiera el guardia de seguridad se veía por los pasillos, me imagine que estaba rondando o haciendo alguna diligencia para alguno de los inquilinos. Cuando iba llegando a mi apartamento, detalle una silueta recostada sobre mi puerta.
Era Armand, pero su mirada no reflejaba tranquilidad, ni alegría, ni dolor, ni tristeza, mas bien producía miedo.

martes, 14 de diciembre de 2010

LA NOCHE SOÑADA


Exquisitos labios gélidos, pero a la vez eran tan suaves, con un dulce sabor.
Mi mano no podía soltar su bello rostro, no podía detenerme, tenía la adrenalina a mil por hora. Sus labios me hicieron sentir paz y tranquilidad.
No podía abrir mis ojos, en verdad que sentía mucho placer, tenerlo tan cerca y besarlo.
Me recostó en el suelo y separo sus labios de los míos, y me regalo una hermosa sonrisa. Se recostó sobre su hombro y se quedo observándome con tanta ternura, que sentí que podría derretirme en ese mismo lugar. No habían palabras, solo besos y abrazos.

Con una de sus manos, tomo mi cabello y lo acaricio, sin quitarme su hermosa mirada de encima.
-no sabes cuanto tiempo te espere. – dijo. Sus ojos mostraban tanto amor al verme.
-no tengo palabras para decirte lo que siento dentro de mi. Siento que el corazón me explotara. – dije
Volvió y poso sus labios sobre mí. La noche más dulce y deliciosa que habré vivido en mi vida. La noche que pensé que nunca pasaría, estaba pasando. El beso de película que siempre desee me sucediera algún día. Muchos pensamientos, muchos sentimientos y sobretodo mucho amor en cada beso.

El tiempo paso volando, creo que la noche era demasiado corta para 2 amantes, que querían demostrar cuanto se deseaban y amaban mutuamente. Era demasiado hermoso para ser tan real, creo que pensé que de pronto era un hermoso sueño. Así que me pellizque, y seguía viéndolo, frente a mi, con sus ojos cerrados, besando mis labios.
Se levanto y miro el reloj
-creo que es muy tarde, es hora de irte a dejar a casa. –dijo dulcemente, sin dejarme de mirar
-no me importaría amanecer contigo. –dije
Suavemente se levanto y al ponerse de pie, extendió su mano
-eres todo lo que he querido, y por lo mismo, quiero que estes bien, así que necesito dejarte en casa, para evitar que te de algún resfriado. –dijo
Me levante y nos dirigimos al auto, y divisamos entre la oscuridad, la presencia de alguien, creo que era…Armand

lunes, 13 de diciembre de 2010

EL LUGAR SECRETO

Íbamos en el auto, había mucho silencio entre los dos. Decidí prender la radio para que aquel silencio molesto acabara. Acerque mi mano a la radio y su mano se me atravesó, es como si supiera que yo iba a hacer eso, antes de que lo hiciera.
De pronto freno, y se quedo mirando mis ojos. Era como si esos hermosos ojos entraran dentro de mi mente y hurgaran mis pensamientos.
-llegamos. –dijo



Bajo y rápidamente abrió mi puerta.
Al abrir la puerta, observe un hermoso paisaje, donde la luna estaba sobre un gran lago. Tomo mi mano y nos introducimos en medio de las flores de color vino tinto. Las flores marcaban nuestro camino, como si frecuente mente pasara gente por aquel sendero.
Vesh se detuvo en frente de una pequeña planicie, que estaba rodeada de flores. Soltó mi mano y se sentó.
-Siéntate, por favor. –dijo
Me senté cerca de donde él estaba. Mis manos temblaban, mordía constantemente mis labios, mi cara empezaba a tomar un color rosado. De pronto el poso su hermosa y fría mano encima de mis manos sudorosas. Pensé varias veces en voltear a verlo, pero la pena que sentía era tanta, que escasamente era muy difícil mantenerme sentada, porque por otro lado, ya estaría desmayada.
El tomo mi barbilla con su otra mano fría, fijando mi rostro a su penetrante mirada. Otra vez sentí esa sensación, como si entrara a mi mente y hurgara mis pensamientos.
-seré yo, el causante de que tiembles y tu adrenalina se agite tanto? – dijo
No salían palabras de mi boca, es como si un gato me hubiera arrancado la lengua. No podía reaccionar, estaba petrificada.
Su mirada bajo y soltó mi barbilla, poniendo su mano en su rodilla.
-Tienes que dejar de pensar en mí. No soy alguien al quien tu podrás llevar a la playa a nadar, ni con quien puedas comer un helado en un día soleado, ni ha quien puedas amar tanto para casarte. – dijo
Mi temblor disminuyo, y pude por fin mover la boca.
-porque dices eso, claro que puedes hacer eso o mas. Y si no puedes, no importa. Tú así me gustas. – dije.
Su mirada volvió a posar en mí, sus ojos mostraban una felicidad al oír aquellas palabras.
Como puedes decir eso, no me conoces! – dijo
Podemos conocernos más, si quieres. – dije
Tome su barbilla con mi mano y pose mis cálidos labios sobre aquellos gélidos.