viernes, 17 de diciembre de 2010

BESOS DE SANGRE

- perdona que no te haya avisado que vendría, pero en verdad quería verte y hablar contigo a solas. –dijo
-Ok, no hay ningún problema. – dije
Busque en mi bolso las llave y abrí la puerta.
-Disculparas, no estaba preparada para tu visita y tengo un poco de desorden. –dije apenada
-Si no hay problema, me sentare en las sillas de la cocina, te molesta? –dijo
-No, como se te ocurre, tendrás que disculparme, por no tener muebles donde ubicarte –dije
Fui directamente a mi habitación, a dejar mi bolso. Por un momento, me puse a pensar < ¿de que querrá hablar Armand? o ¿será que me quiere decir que va a discutir con Vesh?>, deje el bolso encima del edredón y me dirigí a la cocina.
-Armand? –dije buscándolo
-me buscabas? –dijo detrás mío
Iba a voltearme y me abrazo, puso su barbilla en mi hombro y acerco su boca a mi oído.
-Nadie podrá oírte, de eso puedes estar segura. – dijo
Sentí como la sangre bajaba de mi rostro, dejándolo totalmente pálido, trate de soltarme y no podía, me tenia sujeta en medio de sus brazos.
-porque simplemente no bajaste la vez que te dije que quería hablar contigo? –dijo
-No podía, no quería que me vieras como estaba? –dije
-y como estabas, acaso simplemente no podías bajar a decirme lo que te pasaba, esa es la clase de confianza que me tenias?
-No es eso…
Sentí como volé por un momento, cuando a una velocidad casi inhumana me tiro contra un muro de la sala, golpeando fuertemente el cuerpo.
-quien te crees que eres para jugar conmigo, además sabias que te quería, porque te metiste con Vesh. –dijo furioso
-Lo lamento, no sabia lo que tu sentías, lo siento.-dije mirando hacia el suelo
Levante mi mirada y vi que sus ojos ya no tenían ese hermoso color gris, si no un tenebroso rojo carmesí. Estaba llorando, vi como sus lágrimas rodaban por sus mejillas, como fruncía la boca y como apretaba sus puños.
Trate de levantarme, pero estaba tan estropeada, que escasamente era un milagro que aun estuviera consiente.
-no puedes mentirme, tu sabias lo que sentía, dices lo que dices ahora, porque crees que Vesh es mejor que yo. –dijo
Se acerco lentamente a mí y me levanto del suelo sujetándome del cuello.
-vas a sufrir lo que he sufrido por siglos, quiero que sientas la soledad en tu sangre y entiendas que solo una vez se siente amor, y cuando no es correspondido es mejor que muera. –dijo
Volvió y me tiro contra el muro, pero esta vez fue con más fuerza, esta vez caí al suelo, y no podía levantarme del dolor, esta vez pensé que seria mi fin. Se me acerco una vez mas y me miro con odio. Vi como lloraba de la rabia que corría en su interior.
-como se siente? lo que tu sientes en este momento es lo que yo siento en mi interior, tu crees que porque soy frio, no puedo sentir?, te metiste con Vesh, sin primero consultarme a ver yo que opinaba o peor, yo que sentía.
Tomo mi cuerpo y lo puso sobre mi cama, estaba demasiado golpeada, así que no podía moverme. Se me acerco y mordió mi cuello…
Sentí como si el fuego entrara por mis venas y quemara todo a su paso, empecé a gritar del dolor. Después soltó mi cuello, me miro con sus ojos rojos y me dio un beso. Sentí como la sangre se detenía y un frio tenebroso entraba en mí, sentí que la vida que alguna vez hubo dentro de mí se iba, y daba paso a la muerte.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

LA VISITA

-que haces aquí. – dijo Vesh
-te estuve buscando y pues no se me ocurrió otro lugar para buscarte que aquí. Pero no pensaba que Eli estaría contigo. –dijo Armand
-si, vinimos un rato a conversar. Y pues estoy seguro que la quiero en verdad, y quiero estar con ella. –dijo seriamente y tomo mi mano.
Armand me miro fijamente, sus ojos eran penetrantes. Yo trataba de esquivar aquella mirada. Finalmente desvió su mirada al suelo y abrió la puerta de su auto.
-Esto es lo que realmente quieres Eli. –dijo mirándome fijamente de nuevo
Vesh puso también su mirada en mi, aquella mirada tan dulce, que hacia que lo que pensaba saliera con sutiles palabras.
-Yo lo quiero, y no sabes cuanto espere por volver a sentir, lo que ahora siento por el. – dije
-Ok, de acuerdo. Nos vemos en casa Vesh, te cuidas Eli.
Subió en su auto y se interno en la noche.
-No quiero que trasnoches más, así que iré a dejarte a tu casa. Pasare por ti hoy en la noche para que salgamos a pasear un rato, te parece? – dijo

Asentí con la cabeza, y el me tomo entre sus brazos y beso mi frente. Subimos al auto y nos dirigimos a mi casa.
Cuando llegamos, el bajo velozmente y abrió mi puerta.
-llegamos Eli. –dijo
-déjame aquí, yo no quiero demorarte Vesh, me imagino que tendrás que madrugar. – dije
-si, creo que tienes razón, me imagino que Armand me estará esperando para que hablemos… –dijo
-O quizás simplemente se fue a dormir. Recuerda que es muy tarde y la verdad es que a esta hora hay muy poca gente despierta. Y dudo que Armand sea de las personas que trasnochan solo para charlar. –Interrumpí
Se me acerco lentamente y cerró mi boca con un delicioso beso.
-Te veré después – dijo subiendo a su auto

Llegue a el edificio, estaba realmente solo, ni siquiera el guardia de seguridad se veía por los pasillos, me imagine que estaba rondando o haciendo alguna diligencia para alguno de los inquilinos. Cuando iba llegando a mi apartamento, detalle una silueta recostada sobre mi puerta.
Era Armand, pero su mirada no reflejaba tranquilidad, ni alegría, ni dolor, ni tristeza, mas bien producía miedo.

martes, 14 de diciembre de 2010

LA NOCHE SOÑADA


Exquisitos labios gélidos, pero a la vez eran tan suaves, con un dulce sabor.
Mi mano no podía soltar su bello rostro, no podía detenerme, tenía la adrenalina a mil por hora. Sus labios me hicieron sentir paz y tranquilidad.
No podía abrir mis ojos, en verdad que sentía mucho placer, tenerlo tan cerca y besarlo.
Me recostó en el suelo y separo sus labios de los míos, y me regalo una hermosa sonrisa. Se recostó sobre su hombro y se quedo observándome con tanta ternura, que sentí que podría derretirme en ese mismo lugar. No habían palabras, solo besos y abrazos.

Con una de sus manos, tomo mi cabello y lo acaricio, sin quitarme su hermosa mirada de encima.
-no sabes cuanto tiempo te espere. – dijo. Sus ojos mostraban tanto amor al verme.
-no tengo palabras para decirte lo que siento dentro de mi. Siento que el corazón me explotara. – dije
Volvió y poso sus labios sobre mí. La noche más dulce y deliciosa que habré vivido en mi vida. La noche que pensé que nunca pasaría, estaba pasando. El beso de película que siempre desee me sucediera algún día. Muchos pensamientos, muchos sentimientos y sobretodo mucho amor en cada beso.

El tiempo paso volando, creo que la noche era demasiado corta para 2 amantes, que querían demostrar cuanto se deseaban y amaban mutuamente. Era demasiado hermoso para ser tan real, creo que pensé que de pronto era un hermoso sueño. Así que me pellizque, y seguía viéndolo, frente a mi, con sus ojos cerrados, besando mis labios.
Se levanto y miro el reloj
-creo que es muy tarde, es hora de irte a dejar a casa. –dijo dulcemente, sin dejarme de mirar
-no me importaría amanecer contigo. –dije
Suavemente se levanto y al ponerse de pie, extendió su mano
-eres todo lo que he querido, y por lo mismo, quiero que estes bien, así que necesito dejarte en casa, para evitar que te de algún resfriado. –dijo
Me levante y nos dirigimos al auto, y divisamos entre la oscuridad, la presencia de alguien, creo que era…Armand

lunes, 13 de diciembre de 2010

EL LUGAR SECRETO

Íbamos en el auto, había mucho silencio entre los dos. Decidí prender la radio para que aquel silencio molesto acabara. Acerque mi mano a la radio y su mano se me atravesó, es como si supiera que yo iba a hacer eso, antes de que lo hiciera.
De pronto freno, y se quedo mirando mis ojos. Era como si esos hermosos ojos entraran dentro de mi mente y hurgaran mis pensamientos.
-llegamos. –dijo



Bajo y rápidamente abrió mi puerta.
Al abrir la puerta, observe un hermoso paisaje, donde la luna estaba sobre un gran lago. Tomo mi mano y nos introducimos en medio de las flores de color vino tinto. Las flores marcaban nuestro camino, como si frecuente mente pasara gente por aquel sendero.
Vesh se detuvo en frente de una pequeña planicie, que estaba rodeada de flores. Soltó mi mano y se sentó.
-Siéntate, por favor. –dijo
Me senté cerca de donde él estaba. Mis manos temblaban, mordía constantemente mis labios, mi cara empezaba a tomar un color rosado. De pronto el poso su hermosa y fría mano encima de mis manos sudorosas. Pensé varias veces en voltear a verlo, pero la pena que sentía era tanta, que escasamente era muy difícil mantenerme sentada, porque por otro lado, ya estaría desmayada.
El tomo mi barbilla con su otra mano fría, fijando mi rostro a su penetrante mirada. Otra vez sentí esa sensación, como si entrara a mi mente y hurgara mis pensamientos.
-seré yo, el causante de que tiembles y tu adrenalina se agite tanto? – dijo
No salían palabras de mi boca, es como si un gato me hubiera arrancado la lengua. No podía reaccionar, estaba petrificada.
Su mirada bajo y soltó mi barbilla, poniendo su mano en su rodilla.
-Tienes que dejar de pensar en mí. No soy alguien al quien tu podrás llevar a la playa a nadar, ni con quien puedas comer un helado en un día soleado, ni ha quien puedas amar tanto para casarte. – dijo
Mi temblor disminuyo, y pude por fin mover la boca.
-porque dices eso, claro que puedes hacer eso o mas. Y si no puedes, no importa. Tú así me gustas. – dije.
Su mirada volvió a posar en mí, sus ojos mostraban una felicidad al oír aquellas palabras.
Como puedes decir eso, no me conoces! – dijo
Podemos conocernos más, si quieres. – dije
Tome su barbilla con mi mano y pose mis cálidos labios sobre aquellos gélidos.

martes, 3 de agosto de 2010

LA CITA ESPERADA

Esta semana la he pasado trabajando muy duro donde doña Isabella, ella es una gran artista, reconocida en todo el mundo, ya que viene gente de diferentes países a comprar sus esplendidos cuadros. Es sábado, hoy es un día caluroso y parece que hoy también doña Isabella sacara una obra de arte, de pronto me acorde de una pregunta que quería hacerle a ella.
-Doña Isabella, le puedo hacer una pregunta?- dije mientras ella pintaba un cuadro de una hermosa mujer.
-dime Eli. - Contesto con su tierna voz
-hace cuanto que pinto ese cuadro que me regalo? – dije curiosa
-hace ya 68 años, tenia 12 años cuando lo pinte.
Mis dudas de si alguna vez había visto a Vesh se volvieron nulas, de pronto era al padre de Vesh al que ella había visto, soñado y pintado.

Cuando llegue a mi apartamento, me senté en el borde de la cama a observar el cuadro del Vampiro, y recordé el sueño que había tenido con Vesh.
Corrí y me aliste, me puse el vestido negro, los zapatos y la tiara, me pose lo mas bonita posible y al mirarme al espejo, vi que no era yo, era como si no me reconociera, me veía algo extraña, algo diferente.
Volví y me senté al borde de mi cama, y me puse a pensar “como espero que me llame si, no tiene mi numero, tampoco tiene mi dirección y menos sabe que me fui de casa”, me desanime un poco y empecé a quitarme las cosas, cuando de pronto tocaron la puerta.

Fui a abrir y no podía sostenerme de lo que mis ojos veían, era vesh con su hermoso traje elegante y su sombrero de copa, sus ojos plateados y su hermosa piel del color del mármol.
Mis piernas empezaron a temblar, pero que me estaba pasando?, porque cuando lo veo a el, me siento extraña?, porque mis ojos no pueden dejar de verlo?, porque su rostro es tan dulce y su mirada se posa en mi con tanta ternura?.
-Nos vamos? – dijo, posando su mano para que la tomara.
No podía moverme, hasta que reaccione.
-voy por las llaves. – me dirigí a mi alcoba
Que clase de tontería acababa de decir, porque no lo invite a pasar. Cogí mi bolso y metí las llaves y me dirigí hacia el.
Cuando íbamos acercándonos a la salida, vi su súper carro, me subí y me acorde que el es de los que conducen a una velocidad “mata almas”.
-A donde nos dirigimos?. – dije tratando de que mi voz saliera
-quiero mostrarte algo. – dijo posando su hermosa mirada a la carretera.
Seguimos a tal velocidad, que cuando pasamos por la bruma, es como si nos internáramos en la noche.

viernes, 11 de junio de 2010

CARTAS

Hoy es lunes, los rayos del sol entran por medio de mis persianas, yo estoy envuelta en mi sleeping.
Me levante y me dirigí al baño a cepillarme los dientes, bañarme y posteriormente desayunar para irme a trabajar. Cuando me estaba alistando me acorde del paquete que me había dado Armand el sábado, me puse a buscarlo y me senté en la cama para saber que era. Tenía el paquete sobre mis piernas, lo abrí lentamente, era un vestido rojo, con incrustaciones de rubíes, era un vestido corto, pero no dejaba de ser totalmente elegante. Dentro del paquete venia una Tikka de oro (una cadena que va en la cabeza) con un rubí en forma de gota, una cadena, pulsera, anillo y zapatos con incrustaciones de rubíes. Eran realmente hermosos los obsequios que había traído Armand para mí. Puse mi obsequio en el closet y me aliste para irme a trabajar.
Llame a mi madre, para contarle que todo estaba bien, y le di la dirección del apartamento para que me viniera a visitar.
Cuando llegue doña Isabella estaba abriendo la puerta.
-Buenos días Doña Isabella
-Buenos días Eli, cuéntame, como te fue en tu fin de semana.- dijo curiosa
-pues un poco atareado, ya que pues todo salió bien el sábado, con Armand, pero pues por otras cuestiones cambie de casa.
-¿como así Eli? – y ahora donde vives.
-Vivo en un apartamento apartado un poco del centro. Vivo bien y pues esta hecho para mi.-dije.
-Me alegra mucho que estés feliz en tu nuevo hogar, mientras yo te pueda ayudar con mucho gusto. –dijo
-muchas Gracias.
Doña Isabella y yo empezamos a acomodar el estudio para que ella empezara a trabajar. Hoy llegaron muchas personas a comprar cuadros, era gente de clase alta y se veían muy refinados. Mujeres con sus hermosos vestidos de Channel, y su joyería en oro y platino. Hoy tuvimos un día muy ajetreado.
Estaba en vacaciones, no tenía nada que hacer después de que saliera del trabajo, así que me fui a comer un helado. Cuando iba saliendo de la heladería me encontré con Lucia.
-hola Eli, ¿como estas?
-Bien, bueno Adiós.-dije
-espera. –dijo rápidamente
-¿que sucede?-dije sarcásticamente
-que te pasa Eli, desde hace ya 3 meses que estas toda extraña conmigo, y desde hace un mes que entramos a vacaciones, no he recibido ni una llamada tuya. –dijo
-he estado muy ocupada, he tenido mucho trabajo y además no me queda mucho tiempo, tengo cosas que hacer.- dije
-¿cosas como que?
-creo que eso a ti no te importa, solo tengo cosas y ya, que estés bien, adiós.
Sentí como su mano tibia cogió mi brazo y me detuvo.
-No me toques, Odio las personas como tú. – dije sin voltearla a mirar.
Ella soltó mi brazo y yo seguí mi camino.
Cuando iba subiendo a mi apartamento, y vi unas cosas en frente de mi puerta. Me iba acercando y vi unas rumas de tablas, unas bases y un colchón. Había una carta pegada a la puerta.

Hola Eli. Vinimos a visitarte, pero no nos acordamos que trabajabas hasta tarde ahora en vacaciones, te dejamos una cama, para que duermas bien. Nos estábamos imaginando que estarías durmiendo en el suelo. Por eso trajimos tu camita. En la administración quedan unas bolsas con tus edredones, y esperamos que este cambio sea algo importante para tu vida, te amamos. Nuestro padre sigue sin entender que tu eres demasiado joven aun para irse, pero la sola pronunciación de tu nombre, el se pone de colores y nos ignora. Averiguaremos que le pasa a ese anciano. Sabes que mamá no esta de acuerdo con tu partida, y antes quería venir a llevar tus cosas otra vez devuelta a casa, pero le sugerimos que no lo hiciera. Ella te echa mucho de menos y nosotros de verdad te extrañamos mucho a pesar de que apenas a pasado una noche. Te visitaremos o te llamaremos más de seguido. Estuvimos llamándote, pero no contestabas, me imagino que estabas ocupada. Recuerda que cuando necesites algo, llámanos hermanita. Te amamos. Edgar, Cristian y David.

Una lagrima cayo sobre la carta, ¿en verdad había tomado la decisión correcta?
Abrí la puerta y metí la cama al apartamento y baje a la administración por mis edredones.
Arme la cama y la tendí, cuando estaba extendiendo mi edredón negro, vi como un sobre caía al suelo. Deje el edredón encima de la cama y abrí el sobre. Había una carta dentro y 500 dólares. Abrí la carta.

hola mi amor, Eli te extraño mucho, porque te fuiste así de repente, no sabes que me puedes matar así. Mi corazón entiendo tus motivos, tus hermanos y yo hicimos una recolecta y logramos conseguir 500 dólares para que no te falte nada. Te iré a visitar mi niña, sabes que eres mi una niña que tengo. Cuídate mucho. Te ama mamá

Metí la carta en el sobre, la puse encima de la mesa, me senté en el borde de la cama y mire mis manos y vi como temblaban. senti como empezaban a bajarme las lágrimas por el rostro.

lunes, 17 de mayo de 2010

MI PRIMERA NOCHE LEJOS DE CASA

La joven que me alquilo el apartamento me entrego las llaves y después se marcho dejándome sola en mi nuevo apartamento.
-"Mi nueva casa, es linda… seré muy feliz en ella”. –dije
Empecé a sacar lentamente mis cosas, poniendo las cosas en su debido lugar. El Cuadro del vampiro Vesh lo puse en mi habitación, “no quería que todas las personas que entraran a mi casa lo vieran, porque seguro se enamorarían del cuadro”. Empecé poner mi ropa en el closet y extendí mi sleeping en el suelo de mi habitación. Fui a la cocina y me hice un arroz al vinagre o también como le dicen en Japón “Gohan”.
Pensé: “sabe rico cuando se come con camarones, pero no los tengo a la mano.”
Me fui a mi habitación, tome mi billetera, me puse un chaqueta y unos tenis y Salí a comprar un poco de comida. Salí y eche un vistazo al conjunto de mansiones donde Vivian Vesh y Armand y se me ocurrió de pronto hacerles una visita, pero mire mi reloj y eran las 11. Es un poco tarde para visitas. –me dije. Y me dirigí a un Market de 24 horas que quedaba cerca.
Al entrar al Market vi que estaba vacio, el chico que estaba frente a la registradora, masticaba su chicle mientras leía “Sudoku para Dummies”. Lo mire de reojo y seguí hasta el fondo del establecimiento. Compre un poco de camarón, y otros productos como para sobrevivir por un mes. Me acerque lentamente a la registradora y empecé a poner mis cosas encima. El chico dejo de leer y puso su mirada en mi. Empezó a tomar mis cosas y a meterlas en una bolsa. No quitaba su mirada sobre mí. Vi que era un chico de cabello rubio, ojos azules y blanco con mejillas rosadas. Cuando termino de empacar mis cosas me sonrió.
-son US$40.45 – dijo
Le di el dinero y empecé a tomar las bolsas una por una.
-si quieres te las puedo llevar hasta tu casa, creo que en 15 minutos que vaya y regrese no va a llegar nadie. – dijo sonriendo
-ok, gracias.
Aquel chico tomo un suéter blanco y fue tomando una a una las bolsas de mercado. Cuando nos dirigíamos a casa se quedaba mirándome de reojo
-nunca te había visto por aquí, para serte sincero, es algo extraño ver gente como tu por aquí.-dijo
-¿A que te refieres con gente como yo?- dije sarcásticamente
-pues me refiero a una muchacha tan bonita, y con las mejillas tan rosadas.
-ahhh! Debe ser por el frio de la noche que están rosadas, normalmente soy muy pálida.
-¿te puedo hacer una pregunta? – dijo curiosamente
-¿vives sola?
-si, acabo de mudarme a un apartamento.
-y eso, ¿porque? ¿De donde vienes?
-soy de aquí, pero pues me aburrí de vivir en familia y quise independizarme. – mentí.
-¿tu vives por aquí? – pregunte
-o no, yo vivo lejos, en si bastante lejos y todos los días vengo a mi turno nocturno acá en el market, es divertido porque casi nadie viene a comprar y siempre termino leyéndome todos los libros de los estantes. –dijo sonriendo
-Oh que bien…Mira ya llegamos a mi apartamento. ¿Que te debo por el favor?-dije sacando mi billetera de mi bolsillo de la sudadera.
-No, nada. Fue un gusto haberte acompañado hasta tu casa, pero te aceptaría un café para el frio. – dijo tímidamente
-ok, sígueme.
Subimos hasta mi apartamento y pues abrí la puerta y me acorde que no tenia muchos muebles, me tocaba hacerlo sentar en la barra de desayuno de la cocina.
Tome la cafetera y empecé a hacer el café y aparte, cocine los camarones.
-debe ser genial vivir solo. –dijo
-no tanto, pero bueno. ¿Y tú, vives solo?
-No, vivo con mi hermana y su hijo. Mi padre mato a mi madre y después se suicido, después de eso, solo nos tenemos mi hermana y yo.
-wauu, debió ser bastante duro lo que paso con tu familia.
-si, fue muy duro, pero después lo supimos superar muy bien.
-lo lamento mucho.
-no tienes de que.
Fui a sacar los camarones y empecé a formar las bolitas de arroz para meter los camarones en el centro. Hice 5 bolitas de arroz con camarones dentro y empecé a servir el café. Puse todo encima del mesón dándole a él en un plato 3 bolas de arroz.
-que pena contigo, llevamos hablando buen rato y no se tu nombre.- dijo
-mi nombre es Elizabeth, pero todos me dicen Eli.
-Bonito nombre, mi nombre es Alphonse, y me puedes decir Al.
-también tienes un bonito nombre. – dije tímidamente
Al empezó a comer y tomar el café rápidamente
Mire mi reloj y vi que eran las 12.30am.
-Dios, que tarde, perdóname por hacerte demorar tanto. –dije
-No te preocupes, casi nadie va al market.
-¿y los vecinos de las mansiones?
- pues algunos vienen en el día y solo como 3 o 4 en la noche. Pero son muy pocos, no me preocupo tanto por eso. Me preocupa es que llegue mi jefe y le de por llamar a confirmar si estoy allí.- dijo sonriendo
Termino de comer las bolitas de arroz y el café y se paro de la mesa.
-Es hora de marcharme, muchas gracias por esta estupenda comida y por ese delicioso café.-dijo
- si no fue nada. Dije apenada
Se levanto de la mesa y se dirigió a la puerta del apartamento.
-Muchas gracias por todo y espero verte pronto. – dije
-eso tenlo por seguro. Un día de estos ven al market y te invito un refresco, te parece.-dijo
Saco de su billetera una hojita y de su pantalón un lapicero y escribió un numero.
-cuando me necesites en el día, llámame a este numero y cuando me necesites en la noche, ve al almacén. ¿Te parece?
-esta bien.
El chico rubio que decía llamarse Al, salió por mi puerta y se dirigió hacia las escaleras, regalándome la ultima sonrisa antes de que bajara.

domingo, 2 de mayo de 2010

EL ESCAPE

Salí de casa y me dirigí a un parque que quedaba cerca a leer los clasificados, la parte de alquiler de apartamentos o habitaciones para estudiantes. Encontré un apartamento lejos de mi casa, estaba genial, tenia muchas cosas y para mi estaba perfecto.
fui a ver el apartamento por dentro y note que era bastante acogedor, perfecto para mi.Cuando Salí vi que a unas cuadras estaba el conjunto de mansiones donde vivía Vesh y Armand. Me gusto mucho la idea de tenerlos tan cerca.
Me dirigí de nuevo a casa, pensando en el apartamento que había visto. Tenia que hablarlo con mi madre y mis hermanos, para saber ellos que pensaban de la idea de irme a vivir sola.
Cuando entre a la casa, estaba mamá en la sala viendo televisión con mis hermanos, mi padre no se veía en los alrededores.
-hola mami, ¿como estas?
-hola Eli, y eso, ¿porque saliste tan temprano?
-fui a dar una vuelta.
Ella se quedo mirándome y se acerco a mí.
-Eli, ¿que te paso en la cara?
Mis hermanos al oírla, también se acercaron.
-¿no me digas que fue el tipo de anoche? – dijo Cristian
-No, como se te ocurre, me golpee cuando llegue con la puerta. – dije rascándome la cabeza
-para que mientes, yo se quien te hizo eso. – Dijo David abriéndose paso entre mis hermanos y mi madre y posando su mano tibia encima de mi mejilla.
-De que hablas, solo fue con la puert… dije un poco nerviosa
-fue mi Papá, ayer cuando llego Eli de su cita. – Dijo interrumpiéndome
-Eli, ¿es eso cierto? - dijo mi madre
-pues tuve un encontrón con el, y pues creo que fui un poco grosera con el, solo eso.
-mentiras, yo vi todo, solo que no podía salir de mi escondite. Me pareció sospechoso que papá saliera a sentarse a esperarte, tenía que haber alguna razón, así que me escondí en la cocina a esperar que sucediera, yo no pude reaccionar cuando te cacheteo. Perdóname Eli, pude haber evitado que te pegara…
-No pudiste haber evitado nada, era de esperarse y algún día tenia que pasar.- lo interrumpí
Les dedique una sonrisa y subí a mi habitación. Me recosté en mi hermoso edredón negro y me quede profundamente dormida.
Me levante, era tarde ya. Se veía que el sol estaba ocultándose, dejando a su paso, un cielo anaranjado. Baje las escaleras y no vi a nadie, excepto mi Padre, que estaba sentado en el sofá de la sala viendo televisión.
Baje a la cocina y encontré 2 platos tapados con comida, encima de cada plato había un letrero: “PAPÁ” y “ELI”, tome el plato que decía mi nombre y lo lleve al microondas.
Me quede esperando, hasta que mi comida estuviera caliente. De pronto sentí una presencia detrás de mí, Voltee a mirar y esta mi padre tomando el otro plato, pero este lo echo en una olla y lo puso a cocinar en la estufa.
Apenas termino de calentar mi comida, Salí y me senté en el comedor. Mi padre se sentó en frente mío y empezó a comer. Había como un metro de distancia entre el y yo, estábamos frente a frente, pero nos distanciaba una ventana imaginaria de silencio.
-Quiero que te vayas de la casa. – dijo con voz muy serena.
No le conteste, seguí comiendo como si nadie me estuviera hablando. Termine de comer y fui a lavar mi plato. Pero el se levanto rápidamente y se puso en frente mío.
-Que no me escuchaste, quiero que te vayas de la casa.!!!
Vi su cara llena de cólera y simplemente le dije
-Dame permiso, voy a lavar mi plato. Me corrí hacia un lado y seguí hacia el fregadero.
Quedo inmóvil por un segundo, se fue detrás mío y tomo mi plato y lo tiro al piso.
-¿que tengo que hacer para que te largues de una buena vez?- dijo enfurecido
Me di media vuelta y me dirigí hacia mi alcoba y le eche seguro.
De repente escuche que empezó a golpear mi puerta, diciendo maldiciones, diciendo también que yo no tenia que estar en la casa, que tenia que largarme, que era una amenaza para todo el mundo si seguía viviendo aquí.
No hice caso a sus palabras, pero sentí como me ardió cuando una lágrima que bajo por mi mejilla lastimada. Tome un maletín y lo llene de ropa. El vestido de color negro con la tiara lo metí en un bolso aparte y lo guarde con mucho cuidado, guarde el paquete que me habia regalado Armand,guarde todas mis cosas en bolsas y cajas. El retrato del “vampiro Vesh” lo guarde en medio de otros cuadros. Tome mi celular y llame a la joven que me iba a alquilar el apartamento diciéndole que lo tomaba de una vez, pero que fuera y me esperara en frente del apartamento. Empecé a arrojar mis maletas por la ventana, despacio baje las demás, y finalmente tenia que bajarme yo. Iba bajando como las típicas escapadas por la ventana, agarrada de mis 4 sabanas bien amarradas, cuando sentí el suelo, llame un taxi y fui subiendo todas mis cosas lentamente sin que nadie se diera cuenta.
Tenía todo ya en el taxi, no había quedado nada más que mi cama y mi closet en mi habitación. Deje una Nota a mi madre y a mis hermanos diciendo que me comunicaría con ellos a penas pudiera. Que la decisión la había tomado yo. Que no se preocuparan.

CAMINO A UNA NUEVA DECISION.

-Puedo verte después de que te deje en casa. – dijo suavemente
-si claro, déjame dejo el bolso y ya regreso…- dije
-no, espera. Me refiero a escondidas. Que nadie se de cuenta. – dijo en voz baja.
-esta bien. Ven en una hora, yo creo que todos estarán durmiendo cuando llegues.
-esta bien, vendré en una hora. Quiero decirte algo importante.
-bueno, estaré pendiente de tu llegada Armand. – dije saliendo del carro
Apenas cerré la puerta, Armand me dedico una sonrisa y salió rápidamente de mi vista.
Al entrar observe que todos ya estaban durmiendo, menos mi padre que estaba leyendo en la sala.
-hola Papá, ¿no es como muy tarde para que estés leyendo? No es mejor que te vayas a dormir.
-estas no son horas de llegar, tu madre es una alcahueta que deja que tu le pases por encima cuantas veces quieras!!!...
-espérate un momento, yo pedí permiso para salir… lo interrumpí.
-desaparece de mi presencia!!! –dijo viniéndose hacia mi.
Me quede mirándole con ojos de rabia y trate de decirle algo, cuando sentí fue su mano en mi rostro. El lado que había golpeado estaba caliente, no sentía rabia si no frustración. Y Salí corriendo hacia mi habitación.
Me recosté en la puerta, pensando lo que había pasado. No había hecho nada malo, aun. Porque el había reaccionado de esa manera conmigo, yo lo había tratado bien, porque solo me pasaba a mi.
Me recosté en la cama y quede profundamente dormida. Al rato escuche el celular.
-Hola Eli, estoy abajo. – dijo Armand
-lo siento mucho Armand, pero no puedo salir ahora. – dije evitando que me viera golpeada y con la adrenalina al máximo.
-¿paso algo?- dijo curioso
-No, nada. Solo que estoy cansada, mejor porque no nos vemos después.
-esta bien, me llamas cuando te sientas mejor. ¿Vale?
-esta bien, nos vemos.
Tire mi celular a la alfombra y seguí durmiendo.
En la mañana, los rayos del sol entraban por las ranuras de las cortinas, haciendo que quemara mi piel. Me levante y cerré bien las cortinas.
Me acerque al espejo y vi como mi mejilla estaba aun roja, pero estaba inflamada. Vi también que mi lápiz de ojos estaba corrido.
Recogí mi celular del suelo y lo puse encima de mi cama, me quite el vestido y me metí a la bañera. Toque mi mejilla hinchada, dolía mucho. Mire mi reflejo en el agua, me veía mal. ¿Era acaso lo que paso anoche una señal para que me marchara de la casa?
Salí de la bañera y me puse una sudadera y una camiseta blanca y me senté en el borde de mi cama, pensando que iba a decir cuando bajara a desayunar. De repente subí mi rostro y mire fijamente el retrato del “vampiro Vesh” como le puse al cuadro para identificarlo. Sus ojos mostraban soledad y necesitaba compañía.
Eché un poco de maquillaje a mi rostro para que no se notara tan hinchado, tome mi bolso, y baje las escaleras.
Eran las 7.30 de la mañana, todos aun estaban durmiendo. Era domingo, a que se iban a levantar tan temprano. Prepare un chocolate y prepare un sándwich. Cuando termine me dirigí a la sala, tome el periódico que estaba debajo de la puerta y Salí.

domingo, 25 de abril de 2010

LA CITA

Era sábado, Salí a trabajar muy temprano, llena de energía para mi cita a cenar con Armand, cuando llegue Doña Isabella, me dijo
-estas muy llena de energía Eli.
-si, tengo una cita con un muchacho muy apuesto.
-me alegro mucho querida, ¿y ya has pensado en lo que vas a ponerte hoy?
-estoy pensando en eso, imaginándomelo a el, creo que iremos a algún restaurante fino.
-¿me permites ayudarte, con lo que te vas aponer hoy?
-oh! Dona Isabella, como se le ocurre, no quiero…
-nada, quiero hacerle un regalo a mi bella empleada, es lo menos que puedo hacer por toda tu ayuda. –interrumpió
-esta bien.
Doña Isabella entro a una habitación, saco su abrigo, su bolso y salimos para el centro de la ciudad.
Ahí, doña Isabella, me hizo probar miles de vestidos, todos eran muy hermosos, pero también costosos, trataba de no encariñarme mucho.
-¿cuales te gustaron?
-el negro y el blanco son muy hermosos, pero pues son demasiado costosos, es mejor que busquemos en otras…
-dame un segundo.
Se acerco a la caja registradora y compro los vestidos. Y se acerco a mí.
-ten tus nuevos vestidos, ahora iremos por los zapatos.
No podía salir de mi shock, no podía creer que podía pagar todo eso.
Nos acercamos a una tienda de zapatos, donde encontramos los zapatos indicados para los vestidos, y como siempre costosos, hasta más no poder. Y ella se me adelanto y me los compró.
Pasamos a una joyería, donde compro 2 tiaras, 1 para cada vestido.
Cuando regresamos ya eran las 4.00pm
-bueno es hora que empecemos a alistarte.
-muchísimas gracias por todo, Doña Isabella
-de nada mi niña, cuando vayas a entrar aquel restaurante vas a ser la envidia de todos.
-pues ese no era mi objetivo, pero por lo menos no me voy a preocupar de que mi acompañante mire a otra muchacha. – dije entre risas.
Me puse el vestido blanco, unas sandalias con brillantes incrustados, y la tiara con incrustaciones de diamantes, era hermosa. Doña Isabella, me peino y maquillo. Cuando me acerque al espejo, no podía reconocerme, estaba realmente hermosa. Nunca me había visto así de bonita, ni en el mejor de mis momentos.
Sonó el celular
-Hola Eli, ¿donde estas?
-hola Armand espérame, ya voy para allá, dame un segundo.
-¿voy por ti?
-no, espérame.
-esta bien, no te demores.
Ya estaba lista para salir y Doña Isabella tomo mi mano,
- espera, ¿falta algo?
Salió corriendo por un pasillo y salió con un cofre.
-esta cadena será perfecta con ese vestido
Era un diamante tallado en forma de un corazón, era hermosísimo.
-OH! Dios mío, no puedo creer ver una joya más hermosa que esa…



-hay mas, pero por hora ponte este, el carro te espera afuera.
-muchas gracias, se lo devolveré apenas termine la cita.
-no te preocupes, disfruta tu salida.
Subí al taxi que había llamado y cuando iba llegando a mi casa, vi un carro súper hermoso y por cierto demasiado lujoso. Había una persona recostada afuera del carro, al ver el taxi, volteo la mirada. Y cuando Salí quedo boquiabierto.
-Estas hermosísima… -dijo aun asombrado
-Gracias Armand.-dije apenada
Él venia con un esmoquin beige, y venia con un paquete en su mano izquierda.
-te había traído este regalo, pero creo que te lo pondrás en otra oportunidad, porque realmente te ves hermosa con el que tienes puesto…
Se acerco y me dio el paquete.
-Vamos y me esperas en la sala mientras guardo tu regalo.
-si, claro.
Entramos y mi madre estaba viendo televisión con mis hermanos.
-Buenas noches. -Dijo Armand
-Buenas noches. Dijo mi familia
Mis hermanos despegaron su mirada del televisor y la posaron en mí.
-Hermana, te ves preciosa.
-gracias hermanos, ya vuelvo.
Y subí las escaleras rápidamente
Ahora la mirada se posaba en Armand.
Tome el paquete y lo puse encima de la cama, no lo abrí, deje al lado la bolsa con el otro vestido. Y baje rápidamente las escaleras.
Mi madre estaba hablando con Armand, le estaba diciendo que entrara y se tomara algo. A lo que el respondió que ya íbamos de salida.
-¿Lista? Dijo
-si, vámonos.
-que les vaya muy bien, dijo mi madre.
Mis hermanos estaban afuera viendo el carro, y cuando vieron que nos acercábamos, nos abrieron campo. Armand abrió la puerta para que entrara. Cuando estaba adentro vi como mis hermanos se le acercaron.
-mas te vale que mi hermana regrese sana y salva. – dijo Edgar
-le llega a pasar algo…- dijo David
-y lo lamentaras…-Dijo Cristian
Los 3 con sus miradas amenazantes, se veía como sus ojos se comían lentamente a Armand.
-no se preocupen, así como me la llevo, así se las traeré, enterita…- dijo un poco asustado.
-mas te vale. Dijeron los 3
Entro rápidamente al carro y salimos a nuestra Cita.
Llegamos a un restaurante muy fino “me lo suponía” así que no era de extrañarse…
Comida muy fina, todo muy elegante.
Terminamos de comer y de charlar por un buen rato, sobre su viaje y las cosas que había estado haciendo en Europa y decidimos ir devuelta a casa.
Cuando paramos enfrente de mi casa, me disponía a salir del carro, pero el tomo mi mano…
-espera. Dijo suavemente…

domingo, 14 de marzo de 2010

PENSAMIENTOS

Ya han pasado 3 meses desde que trabajo con doña Isabella, ella es una persona muy amable, lo mejor de todo es que pide mis opiniones para poder ella expresar sus cuadros en los lienzos. El cuadro que me dio ella, lo tengo en frente de mi cama y así al despertar, puedo ver el cuadro con el rostro del vampiro que se parece a Vesh. ¿Pero será que ella sueña con Vesh? Pero si el no es un vampiro, ¿porque sueña ella con el? Mmmmm interesantes preguntas…
Me levante de mi tiempo para pensar, y apague la luz para dormir.
Soñé que estaba en un camino oscuro, vi que los arboles se movían con el viento casi tenebroso, sonaba el traquear de sus troncos y el viento que levantaba el polvo. De repente vi como por el camino venia alguien, vi como sobresalía su silueta en medio de la bruma de la noche, trataba de mirarlo sin que se diera cuenta que lo miraba, paro a 1 metro de distancia mío y se quito el sombrero de copa que tenia en su cabeza.
-Vesh?- Dije intrigada
-hola Eli – dijo con su melodiosa voz
-¿que haces a estas horas por aquí, no es como peligroso?
-eso mismo te pregunto- dijo
-¿te visitare dentro de una semana, te parece?- dijo animado
-claro, yo con gusto de atenderte Vesh
-Pero no es una visita de cortesía, me refiero que no quiero que nadie se de cuenta de mi llegada
-¿porque?- dije
-solo eso, es hora de irme, tratare de comunicarme contigo, ¿esta bien?
-estaré lista para tu llegada.
Se puso de nuevo su sombrero y se devolvió, perdiéndose entre las brumas de la noche.
Me desperté y vi que aun era de noche, pensé que eran las 5.30am o algo así, me fui a tomar una ducha y cuando regrese a mi cuarto, mire el reloj del celular y me di cuenta que eran las 3.30am, muy temprano aun. Pero ya no tenia sueño así que me quede pensando en lo extraño del sueño, analizando porque soñé eso, de pronto era un juego que quería hacerme la mente. Me quede observando el cuadro de Vesh, tratándole de buscar aspectos similares con el vampiro.
Murmure:

-cabello tan negro como el ébano, sus ojos tan plateados, piel tan blanca…
En verdad que el vampiro de el cuadro se parecía mucho a Vesh, no creo que lo haya conocido, porque pues Vesh, yo le pondría unos 23 años y ella tiene mas de 80…

De repente oí que el celular sonó, vi que era Armand.
-hola, milagro, hace mucho que no te oía. –dije entusiasmada
-Hola, ¿como estas?- dijo
- bien, pero cuéntame, ¿como te ha ido?, ¿ cuando regresas?
-porque no te asomas por la ventana…
Me acerque rápidamente a la ventana, y como aun era oscuro, no lograba ver nada, de repente, las nubes que cubrían la luna, se movieron, haciendo mejor mi visibilidad, entre las sobras de los arboles, logre encontrar la forma del rostro de Armand.
-te encontré.- dije
-¿bajas?- dijo
-dame un segundo, ya bajo.- dije ya moviéndome a buscar ropa.
Tome un buso y un jean que estaban en el closet, medio me cogí el cabello con una moña y baje las escaleras lentamente, vi que mis hermanos se habían quedado dormidos con el tele prendido, así que en un minuto se los apague y Salí despacio por la puerta de atrás.
-Wauuu, has cambiado mucho Armand.- dije asombrada
-jajaja, tu crees, ya me ha he acostumbrado a este nuevo look. – dijo sonriente
Observe como su larga cabellera rubia, se unía en una coleta, como su ropa de niño poderoso y cortés desapareció para verse mas como alguien de un estatus más o menos como el mío.
-¿y que te a dicho Vesh, ya te vio? – dije tímidamente
-no, acabo de llegar, como vez, es muy difícil conseguir vuelos, pero pues siempre los busco para llegar de noche o antes de la madrugada, así dormiré todo el día. – dijo en tono burlesco
-Oh, esta bien. Pero cuéntame como te fue por allá… - dije.
-espera, venia para decirte que si salimos hoy en la noche, vamos y comemos algo, te parece.- interrumpió
-Claro, esta bien, dime a que horas. – dije
-¿aproximadamente a las 7 estaré aquí, te parece?
-Ok
-Ponte más bonita de lo que eres, vale.
-Gracias. – dije achantada
-bueno, vendré entonces en la noche por ti, cuídate vale. “Au revoir”
-¿Au revoir? – dije
-significa Adiós en francés.
-Oh, lo lamento, no sabia. –dije ya demasiado apenada
-no te preocupes, algún día te enseñare a hablar así, te parece.
-ok, gracias
-Bueno, ahora si me voy. Adiós
vi como el cuerpo de armand se iba fundiendo con la oscuridad de la noche, hasta que perdí ya vista para donde fue.

sábado, 6 de febrero de 2010

EL REGALO

El nombre de mi jefa era Isabella, pintaba desde que tenía 7 años y ahora a sus 80 y tantos seguía pintando, sus pinturas eran muy realistas, pero eran hipnotizantes , la mezcla de oleos, eran tan realistas, que parecían mas fotografías.
-Señora Isabella, porque pinta usted vampiros?
-oh mi niña, hace ya muchos años que sueño con ellos, entran en mis sueños y succionan la sangre de todos los que conozco. Llevo soñando con eso desde que tengo memoria
-y usted cree que existen?
-realmente ya no se, y si existen, me gustaría ver a alguno antes de morir.
En medio de los cuadros que tenia amontonados por años, encontré uno que me llamo la atención.
-este cuadro de quien es?
-ah. Es alguien que cuida de mí en mis sueños, es un vampiro pero no deja que los demás traten de atacarme.
Detalle muy bien la imagen y vi que se parecía mucho a Vesh, aquel chico de la otra vez.
-Señora Isabella, será que usted puede venderme este cuadro, se lo pagare con trabajo si quiere.
-No mi niña, llévatelo, es tuyo.
-en serio?
-claro, es como un regalo por trabajar conmigo.
Llegue a mi casa y me quede horas viendo aquel retrato, era muy parecido al de Vesh, cuando Salí de mi asombro por el cuadro me di cuenta que ya era tarde para ir a la universidad, así que me aliste y Salí corriendo a clases.

Me dirigía hacia el auditorio donde me tocaba clases, cuando veo una figura que se recostaba sobre un muro cerca al auditorio, veía su cuerpo, pero su rostro lo cubría las sombras, trate de que mis ojos se adaptaran a la oscuridad de los pasillos y poder reconocer aquel rostro. De repente se escucho una voz muy familiar
-ola Eli, hubieran pasado 2 minutos y no estaría aquí.- dijo aquella voz
-¡wau!, hola Armand, ¿que haces aquí?- dije
-pues vine a visitarte y a saber como estabas, además tu me debes una salida, ¿te acuerdas?
-Que pena contigo, he estado un poco despistada, prometo llamarte apenas tenga tiempo, dame tiempo por lo menos hasta que salga a vacaciones, ¿vale?- dije
-Pues a eso venia exactamente, necesito viajar por unos negocios y pues me queda un poco difícil, entonces venia a disculparme, pero pues queda pendiente.- dijo apenado
-Oh! No te preocupes, me da tiempo para hacer todo lo que estoy haciendo.- dije sonriendo
-me alegra oír que no te pones de mal humor, eso esta muy bien. – dijo cortésmente
-Perdona mi atrevimiento, pero ¿A dónde vas a ir?
-Pues tengo que ir a hacer unas vueltas de mi familia a Italia y a Francia, y muchas otras vueltas, ¡mejor dicho! – dijo
-esta bien, espero que te vaya muy bien, y me saludas a Vesh, ¡vale!- Dije apenada
-esta bien, te traeré algún regalo, espero me lo aceptes cuando lo traiga.
-Oh! No te preocupes…- dije
-claro que me preocupo, además tu eres una niña muy linda, por mi fuera te traigo todo un reino. –interrumpió
-Gracias por ser así, es bueno saber que te encuentras bien y me alegra mucho.
-bueno te he quitado mucho tiempo, entra a clases, espero que te vaya bien, cuídate y pues te estaré llamando, si no hay ningún problema.
- no hay ninguno, gracias.
Su rostro se cubrió por las sombras y volteo para dirigirse a la salida.

UNA VISITA INESPERADA

Llegue a casa y estaban mis hermanos durmiendo en el tapete en frente del televisor. Subí a mi recamara y vi a mamá durmiendo en mi cama.
-mamá, despierta, ya llegue.-dije susurrando
-Eli? Por Dios Eli eres tú. Donde estabas? No sabes lo preocupada que estaba por ti.-dijo desesperada
-cálmate mamá, ya estoy aquí.
-que te paso, porque llegaste a esta hora?
-pues Salí de la universidad y me fui a caminar un rato, nada en especial. Además llovió y el celular se mojo.
-oh por Dios, no me vuelvas a dar estos sustos, sabes que no me gusta que hagas eso. Además te llamo lucia.
-Así! Y que te dijo?- dije sarcásticamente
-que si la podías llamar.
-esta bien mamá, la llamare en un rato, por lo tanto ve a dormir. Tomare un baño, esta bien.
Mamá salió de mi habitación y me dirigí al baño. Al mirarme al espejo note que mi maquillaje “el poquito que me echaba” estaba corrido sobre mis ojos, en pocas palabras, como decía mamá “parecía un mapache”. De repente sonó como si tiraran una piedra a la ventana, me acerque y vi a alguien debajo, no lograba identificar quien era, hasta que oí una dulce voz que provenía de aquella persona oculta en la noche
-Eli?
-Armand? Pero que haces aquí?
-Eli, se te quedo tu celular en la casa
Fui a asomarme en el bolso y vi que no estaba, de inmediato baje las escaleras y pase muy despacio hasta la puerta de atrás.
-hola Eli, bonita casa.
-como sabes donde vivo?
-este pues… me dijo Vesh que vivías aquí y pues vine a dejarte el celular.
-pues gracias, tengo que secarlo haber si prende…
-yo lo arregle, funciona a las mil maravillas
-oh por Dios, gracias, como te puedo agradecer.
-con una salida a comer, si no te importa?
-oh, claro si quieres. Dime cuando y estaré ahí!
-en estos días te llamare, para decirte que día puedo.
-esta bien y pues gracias por todo.
Le di la espalda para entrar a mi casa, y por curiosidad quise saber en que había venido, y cuando voltee vi que ya no estaba.
Cuando iba pasando por la cocina para llegar a mi alcoba, note el periódico y lo lleve a mí recamara. Busque los clasificados y vi que había una vacante para ayudar a un pintor en un estudio, decidí apuntarme, ya que en parte necesitaba algo para distraer mi mente.
Al día siguiente fui a la secretaria de la universidad ha ver si podía cambiar el horario de mis clases, ya que el trabajo era en el día, seria bueno cuadrar todas mis materias en la noche. De pronto escuche una voz muy familiar.
-me quede esperando tu llamada Eli, no sabes lo preocupada que estaba por ti.- dijo lucia
-llegue tarde y pues mamá me dijo, pero estaba muy cansada, así que me quede dormida.
-ah ya, pero dime donde estabas?
-por ahí. Bueno pero si no es mas, estoy un poco ocupada, así que adiós.

Salí de la universidad y me dirigí donde seria mi lugar de trabajo, llegue a un establecimiento pequeño, pero era lujoso en el exterior, cuando toque la puerta salió una mujer muy hermosa, se le notaban sus 80 y algo, pero no dejaba de ser bonita debajo de sus arrugas.
-dime niña, en que te puedo ayudar? – dijo cordialmente
-buenas días, venia por el empleo que estaba colgado en el periódico.
-Oh, que bien, pasa.
Al momento de entrar, note que esta señora le encantaba pintar, y sus hobbies era pintar "Vampiros".

miércoles, 3 de febrero de 2010

CAMINO HACIA UNA ILUMINADA OSCURIDAD

Caminaba despacio en medio de la gente, veía que había gente compartiendo a pesar de la lluvia, bajo sus sombrillas, brillaban tanto que su luz me derretía. Después de un rato caminando, me percate que estaba oscureciendo, pero no me importaba, solo quería llegar hasta donde mis pies aguantaran, estaba cansada, pero tampoco me importaba. Mis ojos estaban tan hinchados, que escasamente podía ver por donde caminaba. La gente pasaba a mi lado y se quedaba mirándome, pensando porque alguien camina tan despacio, sin sombrilla, bajo la lluvia. Paro la lluvia y mis pies se detuvieron, no sabía donde estaba, pero ya no había mas lagrimas en mi rostro. Me asome el celular y estaba apagado, ya que le había entrado agua. Me asome a mi alrededor y se veían imponentes casas, en si muy majestuosas. Estas casas jamás las había visto, ni en mis sueños más extraños, pero tenía que aceptar que jamás había visto casas como esas. Decidí sumergirme en el conjunto de mansiones, cuando a lo lejos vi la más hermosa, mis ojos se cegaron por su brillo, parecía estar hecha de diamantes.
Decidí acercarme a preguntar, pero me quede con el dedo a 2 centímetros del timbre y pensé “¿solo vengo a esta casa a preguntar donde estoy?, por Dios, van a pensar que soy una ladrona, o algo así” y lentamente aleje mi dedo y me estaba volteando cuando vi que alguien estaba detrás mío.
Un joven de mirada profunda, cabellos dorados y ojos como la luna, una tez tan pálida que parecía mármol, era como una escultura, era realmente bello, no tenia palabras para describir tal hermosura.
-necesitas algo?
-pues venia a… preguntar si por aquí habían taxis o… un teléfono para llamar uno. Creo que estoy extraviada.
-adentro hay un teléfono, si quieres puedes seguirme.- dijo con una dulce voz
Abrió la gran puerta y lo seguí por un pasillo hasta llegar a un lujoso salón, en el salón había cuadros y reliquias hermosas.
-en aquella mesa esta el teléfono, puedes utilizarlo con toda confianza.-dijo dirigiendo su mano hacia la mesa.
Me estaba acercando lentamente, cuando de las escaleras vi bajando a otro joven, de cabellera negra y larga, ojos plata y piel color mármol.
-Armand, ¡que te he dicho!- dijo el joven que bajaba por las escaleras
-Vesh, creo que soy lo suficientemente consiente de lo que hago, además la encontré a la puerta de la casa. Otra cosa, la pobre esta perdida.
-disculpe, señor, no fue mi intención, inmediatamente me retiro.-dije apenada
El joven que bajaba por las escaleras, se puso en frente mío y me miro con extrañeza. Su mirada era como si entrara en mi cabeza.
-¿como te llamas pequeña?- dijo
-mi nombre es Elizabeth.
-Bien Elizabeth, de donde eres?
-vivo en el centro de la ciudad.
- ¿y que estas haciendo por aquí tan sola?
-venia pensando en nada y termine llegando a este conjunto de mansiones.
-esta bien, sabes que estos lugares son muy peligrosos para una chica tan joven como tu?
-es normal, pero pues no quiero incomodarlos mas, es mejor que me retire.
-no, no nos incomodas, pero déjame pedirte un favor. Déjame llevarte a tu casa.- dijo cortes mente
-no, como cree, eso seria…
-un honor. –interrumpió
- Armand!, trae una manta para nuestra visita. No la llevare toda mojada a su hogar.
Armand subió rápidamente las largas escaleras y en un momento ya estaba en frente mío, con una hermosa manta.
-Que grosero de mi parte, no me he presentado. Soy Vesh Morgath, Duque de Los Ángeles. Y el es Armand le Boursier, Duque de Reykjavík.
Armand me dio la manta, era calentita, y olía muy bien. Trate de secarme rápido, no quería hacerlos perder tiempo.
-Gracias, Señor Vesh.- dije tímidamente
-Oh, por favor, no tienes que llamarme señor, dime Vesh y no tienes que agradecerme, es todo un honor atenderte.
-Gracias a los 2, en serio.
-estas lista, es hora de irnos.
Y salió por la puerta principal. Tome la manta y se la di a Armand en las manos.
-gracias por todo Armand.
-vendrás mas de seguido a visitarme?
-pues si me vuelvo a perder en la lluvia y termino acá, no lo dudes?
-si quieres llamas y te iremos a recoger.
-tratare.
Fui saliendo y en frente estaba un lujoso carro, era muy lujoso, tan solo mirarlo, gastaría la pintura.
Cuando íbamos camino a casa, íbamos a toda velocidad, no se como cada vez que pasaba, los semáforos pasaban a verde, pero iba muy rápido. Sentía que todo lo que había dentro de mí estaba igual que pálido que yo, y me hizo recordar la vez que iba con Edward en su auto.
-te ves triste, te pasa algo?
-es que hace ya 7 meses murió mi prometido.- dije tristemente
-y eso, que le paso?
-el iba en carro a su casa, y se estrello en el carro, lo extraño es que cuando lo encontraron, era para que estuviera vivo, pero el asunto era que el no tenia ni una gota de sangre y no se veía señales de haberse desangrado.
El auto freno en seco, el cinturón de seguridad hizo tanta presión, que sentí ahogarme por un instante, y voltee a mirar y Vesh estaba mirando hacia el frente.
-que paso?, porque frenas así!- dije casi ahogada
-No puedo creerlo, necesito hacer algo muy urgente.- y arranco de nuevo a toda velocidad.
Estábamos cerca de mi casa
-déjame por aquí, es a una cuadra
-te voy a dejar en toda tu casa
Llegamos a casa y el se notaba muy extraño
-Estas bien?-pregunte intrigada
-si, no te preocupes. Puedo pedirte otro último favor? –miro mis ojos.
-por favor no vuelvas a mi casa. Es por tu propio bien. -dijo
-esta bien, no te preocupes, tratare de no volver a perderme, lo prometo.
-eso esta mejor.
Baje del auto y seguía hacia la puerta
-Elizabeth, espera!
Voltee a mirar hacia el auto y me acerque a la ventanilla
-cuídate mucho por favor.
-tratare, gracias por todo Vesh.
Me aleje de auto y este salió a toda carrera, perdiéndose en la niebla

martes, 2 de febrero de 2010

LAS 2 CARAS DE UNA MONEDA DE CUERO

Presente los exámenes requeridos para ingresar a la universidad. Entre a la universidad en la primera semana del mes de agosto, habían muchas personas, todas se veían tan felices, con su pareja, simplemente no habían palabras para describir la cantidad de felicidad que se sentía en el ambiente de la facultad. De pronto sentí una mano que toco mi hombro.
-Hola chica, mi nombre es Lucia, eres primípara, y … -seguía hablando
-me llamo Elizabeth pero me puedes decir Eli.- dije tímidamente
-espero que nos llevemos muy bien, yo hace poco Salí del colegio y pues no encontré ningún compañero conocido, y pues vi que eras como agradable, y me dije pues seria bueno conocerte.- dijo presurosamente
-Gracias, y a donde tenemos que hacer o que?.
-no Eli, hoy nos conocemos todos y nos ponen algo de trabajo me imagino.
De repente nos llamo una joven, también venia por primera vez a esta universidad, pero ella era repitente como por 2 veces mas.
Nos dirigimos todos a un gran salón, era como un auditorio, pero realmente era un salón del montón. Adelante estaba sentado en una mesa un maestro, era mas bien desaliñado y despelucado, muy relajado, estaba bien para mi gusto.
La joven que nos había llamado se llamaba Patricia, ella había estado en otras universidades pero la habían sacado por mal rendimiento.
-Perdón señor, usted no debería de sentarse en la silla del profesor, ya que este debe de estar por llegar.- dijo de forma grosera
-señorita, le pido el favor que se sienta. – dijo el profesor calmadamente
-que le pasa viejo creído, ¿usted se cree profesor o que?
-haber niña, si no se a dado cuenta yo soy el profesor y si no le gusta, ahí esta la puerta.-dijo el profesor ya de mal genio
-Pues si lo es, no parece.-contesto con sarcasmo
-sabe que niña, si no quiere ver la clase conmigo, por favor retírese.-dijo un poco mas calmado
Patricia se quedo cayada, era mejor que se quedara así, antes de que el profesor perdiera los estribos.
-bueno jóvenes, yo soy Fabián Michels, este es mi primera vez dando clases en esta universidad, puede que mi apariencia no sea la mejor, pero he estudiado y enseñado lo suficiente para venirles a dar clases, como primer requisito quiero que me dibujen lo mas importante que tengan o lo que crean que simboliza lo que mas aprecian, pueden dibujar rostros o objetos representativos.
En ese momento no se me ocurría nada, quería dibujar algo, pero mi mano temblaba y el carboncillo que tenia en mi mano estaba a milímetros de la hoja blanca que estaba en la mesa.
-te puedo ayudar en algo? – dijo el maestro
-realmente no se como dibujar algo que ya no existe.-dije desanimada
-quieres dibujarlo a el.- dijo con una gran sonrisa
-¿puedo?- dije interesada
-claro, si el es o fue una gran parte de tu vida, recréalo y déjalo que se quede en las hojas y salga de tu mente, en momentos así, imagino que tu mente trata de recordarlo, pero creo que no te has atrevido a dibujarlo.
-no recuerdo muy bien su rostro.
-dibuja lo que mas te gustaba, para que quede plasmado en una hoja y no en tu cabeza.
Empecé con unas grandes sombras, en medio de los rayones y trazos aparecían sus ojos, su boca, su nariz, su cabello, y su hermosa sonrisa. Empecé a animarme a tratar de recordarlo, cada vez se me hacia mas parecido, estaba tan feliz de que el dibujo se pareciera tanto a el, teníamos 4 horas para terminar aquel dibujo representativo, y para mi fueron cortas, porque estaba casi listo.
-es un excelente dibujo.-dijo el maestro
-gracias profe, el era lo mas importante en mi vida, creo que si yo no lo sacaba de mi cabeza, el no podría irse tranquilo. Creo que con esto el podrá irse en paz.
-Sabes Elizabeth, eres una gran artista y como veo una gran persona, sigue así, sigue adelante y no bajes tus ánimos. Ok
Mi dibujo no había sido el más espectacular, pero me ayudo mucho a superar mi depresión. Al pasar algunos meses, empecé a animarme mas, dibujaba lo que se sentía cuando estaba uno perdido en el dolor, o enterrado en la tristeza, trataba de reflejar el dolor que había sentido en mis cuadros, para que valieran mas que mil palabras.
Lucia vivía cerca a mi casa y siempre nos íbamos juntas, ella tenia un hermoso convertible, y nos íbamos a toda por la autopista sintiendo el viento en nuestro cabello.
Un dia fui a la universidad un poco mas temprano, para hablar con lucia. Estaba por entrar al salon y ella estaba sentada con patricia hablando algo de mi, no segui, me acerque a la puerta
-ella es una niñita de mamá y papá, además que es una dejada, que se le murió el novio hace unos meses, sera porque queria alejarse, prefirio morir antes de seguir con ella, pero yo no se que le veía ese man, porque ella es una… - decía Lucia en forma burlesca
Me había impactado tanto oír eso de ella, la que había considerado mi amiga, y ella me dio la espalda. Me fui corriendo al baño y me quede mirando al espejo mientras mis lagrimas bajaban por mis pálidas mejillas. Me miraba y no me reconocía, la chica alegre que fui mientras estaba en el colegio, a una chica simple que estaba siendo forma de burla en la universidad.
Cuando iba saliendo del baño, vi que venia Lucia con patricia
-ola amiga, como estas, no sabia que habías llegado.- dijo lucia
-que pena Lucia, pero ahora no tengo tiempo para ti.
-no tienes tiempo? y es que para donde vas?, no recuerdas que tenemos clases juntas?.
-si, pero no quiero perder tiempo, así que adiós.
Salí caminando derecho al salón de clases. la clase era interesante, pero yo no estaba en clase, mi imaginación estaba en las nubes, quien sabe a donde. Lucia me hablaba y simplemente yo no escuchaba nada, oía susurros, pero nada mas.
-te espero en el carro Eli.- dijo Lucia
-Gracias, pero hoy quiero irme a pie, sola!.
-que te pasa, porque estas tan extraña?
-vete, nos vemos después.- y me dirigí hacia la salida peatonal de la universidad, casi ahogada del dolor que sentía por la traición de Lucia.
Apenas Salí de la universidad, empezó a llover, pero la lluvia no me molestaba, la lluvia escondía mis lágrimas.

SALIENDO DEL AGUJERO DE MI CORAZÓN

Me tomo varias horas recuperarme del espanto que sentía al saber que le había pasado a Edward. Al entrar en razón me di cuenta que ya estaba camino a mi casa, Cristian conducía, mientras mi madre estaba a su lado, yo estaba en la mitad de Edgar y David, ellos dormían en mis hombros, veía hacia la ventana y veía parejas besándose, o padres con sus hijos y me imaginaba lo que pudo haber sido si me hubiera casado con Edward.
Apenas llegamos a casa, Cristian se bajo y espero a que bajara, para cogerme y cargarme
-No estoy invalida cris, puedes bajarme?- dije
Apenas el me puso en el suelo, me desplome.
-era mejor que te cargara, pero como eres tan terca no hay nada que hacer contigo.-dijo cris molesto.
Cris me tomo de la cintura, me cargo y me subió a mi recamara, me acostó en la cama y beso mi frente.
-se que las cosas no serán como siempre, se que estas palabras no son las mejores, pero ten en cuenta que siempre estaremos para ti, cuando lo necesites. Se que algún día llegara alguien que cosa ese corazoncito Roto. Te quiero mucho hermanita, nunca lo olvides.- dijo
-gracias hermano, pero será muy difícil, Edward iba a ser mi esposo.- dije sollozando.
Y mire mi mano donde tenia el anillo, me lo quite y se lo di a Cris.
-yo no puedo quedarme con este anillo, me hará sentir peor, quiero que se lo des a alguien quien realmente ames, le dirás que se lo das porque la amas. Ok
-esta bien Eli, gracias.
Salió de mi habitación con el anillo en la palma de la mano. Me quede mirando mis manos y mire el cielo por mi ventana, veía como el mundo pasaba normalmente, mientras mi corazón se comía lentamente.

A partir de ese fatídico enero, empezó a llover todos los días, febrero, marzo, llovía, desde que amanecía hasta que oscurecía. Y yo no quitaba la mirada al horizonte desde mi ventana, mirar el horizonte me hacia olvidarme de lo que pasaba a mi alrededor.




**********************

cada minuto que pasaba, me sentia más vulnerable y sensible. Mirando la lluvia, desde la ventana, me gustaría ser parte de ella, una simple gota.
Me susurraban imágenes que me aturdian.

no salía, comía escaso, los posters, fotografías, muñecos y demás cosas que me había dado Edward me los quitaron mis hermanos, ya que cada vez que veía algo de eso, me ponía muy mal, empezaba a gritar y ha llorar del dolor que sentia mi corazón. Solo me limitaba a comer, dormir.

Una mañana, me levante y vi que ya no llovía, ya era mayo y tenia muchas cosas que quería intentar. Me bañé, me puse un jean y una blusa negra, me eche un poco de maquillaje para que dejara de verme tan pálida y ojerosa y baje por las escaleras.
Cuando Cris iba subiendo y me vio, quedo petrificado, pase por su lado y él seguía en la misma posición, sin mover ni un solo musculo.
-Porque pones esa cara, ni que hubieras visto un fantasma.- dije tranquilamente.
Lentamente se volteo y vio como me acercaba al computador que estaba en el estudio.
-¿que vas a hacer? – pregunto curioso
-quiero estudiar, si me hecho a morir toda la vida, no lograre hacer un sueño que tenia con Edward, que era estudiar para que fuéramos un buen ejemplo para nuestros hijos. Quiero ver donde puedo presentarme, quiero iniciar a más tardar en agosto.- dije muy interesada
-si quieres te ayudo a buscar hermanita, tu eres buena para pintar, ¿porque no estudias eso?- dijo muy animado.
-De pronto, soy buena para eso, déjame buscar algunos papeles y me meto a eso.
-claro, en la facultad de David, es de artes, hablare con el para saber cuando son las matriculas y empezaras a estudiar arte.
Salió corriendo hacia la cocina y allá se escucharon caer unos platos y unos cubiertos. David y Edgar, llegaron corriendo hacia mí. Se quedaron igual que petrificados al verme, que de tanta emoción de verme mejor, empezaron a llorar.
-¿que les paso?, hasta donde se, no les he hecho nada aun.
Llegaron los dos y me abrazaron, lloraban.
-es un milagro Eli, realmente verte así, para nosotros es lo mejor, te queremos, tú crees que verte así de recuperada y con ganas de estudiar no es motivo para que lloremos de la felicidad. Eres nuestra hermana pequeña, te adoramos y te ayudaremos a que estudies artes.
-gracias hermanos, vieran lo feliz que me hacen.- dije casi ahogándome.
-mañana iremos a sacar una cita a la universidad para que puedas presentar el examen de admisión y puedas ingresar en agosto.- dijo David muy ilusionado.
-esta bien, estudiare y daré todo de mi. Gracias por ayudarme hermanos.-dije sollozando

UN ACCIDENTE DEMASIADO EXTRAÑO

En cuestión de minutos llegue a la casa de Edward, me abrió Karin, la hermana menor de Edward.
-que paso Karin, donde esta Edward.- le pregunte asustada
-están en el hospital central, creo que Edward esta muy mal. –dijo Karin con voz ahogada
Volví y me subí a la moto y me dirigí al hospital.

Cuando llegue estaba Aurora la madre y Basil el hermano mayor de Edward afuera del hospital. Ella estaba recostada llorando en el hombro de el.
Deje la moto en el parqueadero y Salí corriendo donde estaba ella.
-Doña aurora, ¿Cómo esta?, ¿Qué paso?- mi voz se empezaba a ahogar por el cansancio
-mi niña, Edward esta muerto.- dijo con vos desconsolada y se acerco a mi y me abrazo.
Mi vista se nublo y sentí como me desplomaba, quede arrodillada al frente de ellos y las lagrimas bajaban sobre mi pálido rostro. De repente sentí como me golpeaba con el suelo.

Cuando desperté estaba en casa de Edward, tenía un paño húmedo en mi cabeza, mi lado estaba Karin recostada hacia la cama. Me levante cuidadosamente para no despertarla y me dirigí hacia la sala de la gran casa. Abajo estaba doña Aurora y Don Adam sentados viendo una foto. Me les acerque despacio

-Díganme que esto no ha pasado, díganme que ha sido solo un sueño.- dije con vos llorosa
Don Adam se acerco a mi y me abrazo, sentí como al ponerme su hombro me bajaban las lagrimas.
-mi niña, yo se lo mucho que amabas a Edward, se los planes que quería él para ti. Lo siento mucho pequeña, lo siento.- y empezó a llorar

Tocaron la puerta y la empleada de la casa abrió y era Cristian. Tome de las manos Don Adam
-Don Adam, dígame que le paso a Edward, dígame algo por favor. Dije un poco mas calmada
-algo lo mordió mientras se dirigía para acá, perdió la conciencia se estrello. –Dijo

Cristian se acerco a mí y me tomo de la mano
-Don Adam permítame que me la lleve a casa a que se cambie, vendremos a la hora del funeral. Dijo

Cuando llegue a casa, mi madre me esperaba en la puerta, tomo mi pálida mano y me llevo a mi habitación.
-mi niña, tienes que pegarte un baño y cambiarte para que podamos irnos, vale. – dijo con vos consoladora
Cuando entre al baño, me acerque a la bañera y la empecé a llenar, me sumergí en ella y vi mi reflejo demacrado en el agua, me toque la cara y recordé el anillo que tenia en mi dedo. Lo vi y empecé a llorar, me sentía culpable de cansarme temprano y dejarlo irse solo.
Después de un rato Salí de la bañera y sentí como una mano tocaba mi hombro, parecía la mano de Edward y voltee de inmediato, no era nada, solo que mi mente me estaba jugando una mala pasada.

Salí del baño y vi un vestido negro sobre mi cama. Me lo puse rápidamente y baje las escaleras. Abajo estaban mis hermanos y mi madre listos en la sala.
-¿Donde esta mi papá?- dije
-durmiendo.- dijo mi madre
-¡que! -¡a este anciano que le pasa!
Subí inmediatamente al cuarto de mi padre y este se encontraba durmiendo.

-si no fuiste al grado, sinceramente me vale huevo, pero no perdono que no quieras asistir al velorio del que pudo haber sido el esposo de tu única hija, eres de lo peor.- dije casi histérica
-el no era mi hijo, para que voy a ir, ve tu, que eras su novia, por lo pronto déjame dormir.- dijo con una vos muy tranquila
-el que debió morir debiste ser tu, no el.
Salí corriendo hacia la sala
Y Cristian me esperaba con los brazos abiertos para consolarme.

Mi hermano me tomo del brazo y me llevo hacia el carro. Nos dirigimos a toda prisa al cementerio, estaban todos los amigos y familiares de Edward rodeando su ataúd, me iba acercando y la gente se hacia a un lado, me acerque a la ventanilla del ataúd y vi como si estuviera durmiendo, puse mi mano sobre el cristal de la ventanilla y vi como una lagrima caía sobre mi mano. Empecé a llorar aun con más fuerza. Basil se acerco a mí y me tomo del brazo.

-Eli, lo siento pero tienes que sentarte, esta por acabar la misa.- dijo
-lo se, gracias.

La misa trascurrió hasta que llego la hora de meter el ataúd a la bóveda de la familia de el, ahí estaban sus abuelos y demás parientes muertos.
En un momento abrieron el ataúd y logre tocar su helada mano, vi también, como un trozo de tela tapaba su garganta, me acerque a quitárselo y la mano de Basil me detuvo.
-ven Eli, te contare algo. Susurró
-Eli lo que pasa es esto, tu sabes que algo mordió a mi hermano, lo que no sabes es que ese algo lo dejo sin una sola gota de sangre, que al momento del accidente, los paramédicos llegaron y se dieron cuenta de que estaba muerto antes de que se estrellara, pero otra cosa, su cuello estaba degollado, pero total igualmente sin una gota de sangre.

Mi cara no podía quitar el espanto que sentía, y empecé a sollozar.

UN DESEO ROTO

Era una hermosa mañana, me levante con el mejor animo del mundo, a mis 16 años era extraño ya sentirse así. Me levante de la cama en un brinco. Baje las escaleras y vi a mi madre y mi padre desayunando en el comedor pequeño de la casa, mientras mis 3 hermanos yacían en el prado del patio, murmurando sueños. En el mesón había un plato de fruta picada y un vaso de jugo de mandarina que mi mama había exprimido en la mañana. Tome el vaso de jugo y me dirigí para la sala con el plato de frutas. Después de terminar mi desayuno me aliste para irme a mi graduación de bachillerato. No tenia nada listo para este día, siempre lo había esperado, desde hace muchísimo tiempo, y ahora el día que llega, realmente ya no lo esperaba.
Me puse el vestido que me puse después del baile de mis 15, me encrespe un poco el cabello y me dirigí a tomar mi moto para irme. De repente mamá me llamo y fui hasta donde estaba ella.
-estaremos a las 10 como quedamos, apenas tus hermanos terminen de contar sus cosas, los pondré a que se alisten. Te me cuidas mucho y que te vaya bien. – dijo mamá
Mi padre medio levanto la mirada y siguió tomando su taza de chocolate.
Me dirigí nuevamente a la salida, y Cristian mi hermano mayor me esperaba encima de la moto.
-Eli, y que te ha dicho mi papá.- dijo
-nada, tu sabes que yo para el soy nada, te acuerdas como se puso cuando tu, David y Edgar se graduaron, casi se salía de la ropa. Pero soy yo y a mi ni me pone atención.- dije ya de mal humor.
-no te preocupes Eli, Nosotros iremos, ya tenemos nuestros trajes listos para hoy.
-gracias Cris, me iré porque después, se olvidaran de mi y como cosa rara, no me graduaran.
Cristian se levanto y se dirigió hacia dentro, me subí a la moto y me dirigí al colegio.
Cuando llegue estaba Edward “mi novio” esperándome en la entrada del colegio, me quite el casco y le di una gran sonrisa. Guarde la moto en el parqueadero y me dirigí a Edward.
-ola amor, ¿como amaneciste hoy? – dijo con una voz muy dulce
-animada, raro en mí.- dije sonriéndole.
-esto esta bien Eli. La directora esta llamando a lista, es mejor que nos afanemos o estaremos en problemas.
Entramos al auditorio, y estaban todos mis compañeros y amigos dentro, esperando su turno para poder recoger la túnica, una hermosa túnica negra con cuello rojo, era muy hermosa para mí.
Faltaban 30 min para que iniciara la ceremonia, vi entrando a mis hermanos y a mi madre, pero mi padre no. Me desilusione tanto que me acerque a Edward y me recosté en su hombro.
-que te pasa amor, ¿estás bien?- dijo preocupado
-lo que me esperaba, mi padre no vino. Lo note extraño en esta mañana, ni siquiera me saludo. Esperaba por lo menos que me viniera a acompañar a recoger mi diploma.
-no te preocupes Eli, esperemos que llegue de aquí en 15 minutos, si no pues hablamos con Cristian, creo que el siendo tu hermano no diría nada en servirte como edecán.
-tienes razón mi amor. – dije un poco mas alentada
Paso media hora y pues a Cristian le toco ser mi edecán, no quería que lo fuera era porque el me tenia el brazo, pero miraba y mandaba besos a las otras chicas y me hacia sentir que iba sola. Termino la ceremonia y me dirigí al baño a quitarme la túnica.
Cuando Salí estaba Edgar esperándome en la moto.
-Eli, voy a llevar la moto a la casa, Edward te va a llevar en el carro que le regalo su papá de grado.
-ok, pero ojo con estrellarla, o peor ojo con estar llevando gente extraña.
-que me crees.- y me dirigió una sonrisa
Cuando me dirigía ala salida vi a Edward en la puerta.
-amor, nos vamos en mi nuevo carro a bailar, ¿quieres cariño?
-ok
Nos acercamos a un Porche Carrera GT, estaba de moda este carro en el exterior, se veía bastante caro. Adentro era muy lujoso, y cuando arrancamos me di cuenta que también era muy rápido. Íbamos a toda por la autopista y sentía que todo lo que estaba dentro de mi moría del susto.
Llegamos a una discoteca bastante lujosa, parecía mas un coctel de caché. Bailamos un rato y después le pedí a Edward que me llevara a la casa.
Cuando llegamos a la casa, Edward tomo mi mano y puso sus labios cálidos sobre los míos, tomo mi mano y miro a mis ojos.

-he estado esperando mucho tiempo para decirte esto cariño. Hemos estado saliendo ya casi 5 años y quiero que cuando entremos a la universidad nada nos separare. Metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y saco un cofrecito y me lo dio en las manos
-¿Te gustaría Elizabeth casarte conmigo?- dijo entusiasmado

Apenas me estaba recuperando de la palidez de mi cara por la velocidad en la que íbamos, y la palidez volvió a mi cara, mi corazón difícilmente bombeaba sangre y de mis labios salió un pequeño susurro.

-Que dices Eli, ¿te gustaría ser mi esposa?-insistió

Mi vos difícil mente salía y después de tanto intentar decir algo salió un si. Y lo abrace y empecé a llorar.
-no vas a abrir tu regalo de compromiso.

Abri el cofrecito que el me había dado y era un hermoso diamante. Era realmente hermoso, me quede sin palabras al ver ese anillo.

-Mañana vendré a que hablemos con mis futuros suegros, de resto no les digas nada, Estoy ansioso de que te conviertas en mi esposa. Y me abrazo de tal manera que casi me deja sin respiración.

Salí del carro, me acerque a la entrada de mi casa, y vi como Edward me mandaba un beso desde el carro. Entre a la casa y estaban mis hermanos en la sala viendo televisión. Mi mamá estaba viendo las fotos del grado en el computador y mi papá estaba durmiendo.

-Que dijo mi papá, ¿ahora con que salió para que faltara?- dije un poco sarcástica

-nada, cuando llegamos, mi mamá le alego y el simplemente volteo la cara y se fue a dormir. – dijo David

-Era de esperarse.

Subí al segundo piso y entre a mi recamara, y me recosté en la cama a ver ese hermoso anillo que me había dado Edward. Estábamos muy jóvenes para casarnos, pero pues el estudia porque quiere, ya que pues el no tiene necesidad de trabajar, porque su familia es muy rica.

De un momento a otro sentí mucho sueño y quede profundamente dormida.

Soñé que estaba en un callejón oscuro y estaba haciendo mucho frio, acerque mis manos a mi cara y sentí que estaba como mojadas, cuando mire era sangre y empecé a gritar y el cielo se torno de un rojo sangre y empezaba a llover sangre, viéndome empapada en esta.
Me levante de un solo golpe y empecé a llorar.

De repente mi hermano entro gritando mi nombre y asustado.

-Elizabeth, júrame que vas a tomar esto con mucha calma.
-que paso?- pregunte
-acabo de llamar el padre de Edward a decirnos que el se había estrellado en el carro.

Empecé a llorar y Salí corriendo hacia donde estaba mi moto. Y me dirigí hacia la casa de Edward.