lunes, 17 de mayo de 2010

MI PRIMERA NOCHE LEJOS DE CASA

La joven que me alquilo el apartamento me entrego las llaves y después se marcho dejándome sola en mi nuevo apartamento.
-"Mi nueva casa, es linda… seré muy feliz en ella”. –dije
Empecé a sacar lentamente mis cosas, poniendo las cosas en su debido lugar. El Cuadro del vampiro Vesh lo puse en mi habitación, “no quería que todas las personas que entraran a mi casa lo vieran, porque seguro se enamorarían del cuadro”. Empecé poner mi ropa en el closet y extendí mi sleeping en el suelo de mi habitación. Fui a la cocina y me hice un arroz al vinagre o también como le dicen en Japón “Gohan”.
Pensé: “sabe rico cuando se come con camarones, pero no los tengo a la mano.”
Me fui a mi habitación, tome mi billetera, me puse un chaqueta y unos tenis y Salí a comprar un poco de comida. Salí y eche un vistazo al conjunto de mansiones donde Vivian Vesh y Armand y se me ocurrió de pronto hacerles una visita, pero mire mi reloj y eran las 11. Es un poco tarde para visitas. –me dije. Y me dirigí a un Market de 24 horas que quedaba cerca.
Al entrar al Market vi que estaba vacio, el chico que estaba frente a la registradora, masticaba su chicle mientras leía “Sudoku para Dummies”. Lo mire de reojo y seguí hasta el fondo del establecimiento. Compre un poco de camarón, y otros productos como para sobrevivir por un mes. Me acerque lentamente a la registradora y empecé a poner mis cosas encima. El chico dejo de leer y puso su mirada en mi. Empezó a tomar mis cosas y a meterlas en una bolsa. No quitaba su mirada sobre mí. Vi que era un chico de cabello rubio, ojos azules y blanco con mejillas rosadas. Cuando termino de empacar mis cosas me sonrió.
-son US$40.45 – dijo
Le di el dinero y empecé a tomar las bolsas una por una.
-si quieres te las puedo llevar hasta tu casa, creo que en 15 minutos que vaya y regrese no va a llegar nadie. – dijo sonriendo
-ok, gracias.
Aquel chico tomo un suéter blanco y fue tomando una a una las bolsas de mercado. Cuando nos dirigíamos a casa se quedaba mirándome de reojo
-nunca te había visto por aquí, para serte sincero, es algo extraño ver gente como tu por aquí.-dijo
-¿A que te refieres con gente como yo?- dije sarcásticamente
-pues me refiero a una muchacha tan bonita, y con las mejillas tan rosadas.
-ahhh! Debe ser por el frio de la noche que están rosadas, normalmente soy muy pálida.
-¿te puedo hacer una pregunta? – dijo curiosamente
-¿vives sola?
-si, acabo de mudarme a un apartamento.
-y eso, ¿porque? ¿De donde vienes?
-soy de aquí, pero pues me aburrí de vivir en familia y quise independizarme. – mentí.
-¿tu vives por aquí? – pregunte
-o no, yo vivo lejos, en si bastante lejos y todos los días vengo a mi turno nocturno acá en el market, es divertido porque casi nadie viene a comprar y siempre termino leyéndome todos los libros de los estantes. –dijo sonriendo
-Oh que bien…Mira ya llegamos a mi apartamento. ¿Que te debo por el favor?-dije sacando mi billetera de mi bolsillo de la sudadera.
-No, nada. Fue un gusto haberte acompañado hasta tu casa, pero te aceptaría un café para el frio. – dijo tímidamente
-ok, sígueme.
Subimos hasta mi apartamento y pues abrí la puerta y me acorde que no tenia muchos muebles, me tocaba hacerlo sentar en la barra de desayuno de la cocina.
Tome la cafetera y empecé a hacer el café y aparte, cocine los camarones.
-debe ser genial vivir solo. –dijo
-no tanto, pero bueno. ¿Y tú, vives solo?
-No, vivo con mi hermana y su hijo. Mi padre mato a mi madre y después se suicido, después de eso, solo nos tenemos mi hermana y yo.
-wauu, debió ser bastante duro lo que paso con tu familia.
-si, fue muy duro, pero después lo supimos superar muy bien.
-lo lamento mucho.
-no tienes de que.
Fui a sacar los camarones y empecé a formar las bolitas de arroz para meter los camarones en el centro. Hice 5 bolitas de arroz con camarones dentro y empecé a servir el café. Puse todo encima del mesón dándole a él en un plato 3 bolas de arroz.
-que pena contigo, llevamos hablando buen rato y no se tu nombre.- dijo
-mi nombre es Elizabeth, pero todos me dicen Eli.
-Bonito nombre, mi nombre es Alphonse, y me puedes decir Al.
-también tienes un bonito nombre. – dije tímidamente
Al empezó a comer y tomar el café rápidamente
Mire mi reloj y vi que eran las 12.30am.
-Dios, que tarde, perdóname por hacerte demorar tanto. –dije
-No te preocupes, casi nadie va al market.
-¿y los vecinos de las mansiones?
- pues algunos vienen en el día y solo como 3 o 4 en la noche. Pero son muy pocos, no me preocupo tanto por eso. Me preocupa es que llegue mi jefe y le de por llamar a confirmar si estoy allí.- dijo sonriendo
Termino de comer las bolitas de arroz y el café y se paro de la mesa.
-Es hora de marcharme, muchas gracias por esta estupenda comida y por ese delicioso café.-dijo
- si no fue nada. Dije apenada
Se levanto de la mesa y se dirigió a la puerta del apartamento.
-Muchas gracias por todo y espero verte pronto. – dije
-eso tenlo por seguro. Un día de estos ven al market y te invito un refresco, te parece.-dijo
Saco de su billetera una hojita y de su pantalón un lapicero y escribió un numero.
-cuando me necesites en el día, llámame a este numero y cuando me necesites en la noche, ve al almacén. ¿Te parece?
-esta bien.
El chico rubio que decía llamarse Al, salió por mi puerta y se dirigió hacia las escaleras, regalándome la ultima sonrisa antes de que bajara.

domingo, 2 de mayo de 2010

EL ESCAPE

Salí de casa y me dirigí a un parque que quedaba cerca a leer los clasificados, la parte de alquiler de apartamentos o habitaciones para estudiantes. Encontré un apartamento lejos de mi casa, estaba genial, tenia muchas cosas y para mi estaba perfecto.
fui a ver el apartamento por dentro y note que era bastante acogedor, perfecto para mi.Cuando Salí vi que a unas cuadras estaba el conjunto de mansiones donde vivía Vesh y Armand. Me gusto mucho la idea de tenerlos tan cerca.
Me dirigí de nuevo a casa, pensando en el apartamento que había visto. Tenia que hablarlo con mi madre y mis hermanos, para saber ellos que pensaban de la idea de irme a vivir sola.
Cuando entre a la casa, estaba mamá en la sala viendo televisión con mis hermanos, mi padre no se veía en los alrededores.
-hola mami, ¿como estas?
-hola Eli, y eso, ¿porque saliste tan temprano?
-fui a dar una vuelta.
Ella se quedo mirándome y se acerco a mí.
-Eli, ¿que te paso en la cara?
Mis hermanos al oírla, también se acercaron.
-¿no me digas que fue el tipo de anoche? – dijo Cristian
-No, como se te ocurre, me golpee cuando llegue con la puerta. – dije rascándome la cabeza
-para que mientes, yo se quien te hizo eso. – Dijo David abriéndose paso entre mis hermanos y mi madre y posando su mano tibia encima de mi mejilla.
-De que hablas, solo fue con la puert… dije un poco nerviosa
-fue mi Papá, ayer cuando llego Eli de su cita. – Dijo interrumpiéndome
-Eli, ¿es eso cierto? - dijo mi madre
-pues tuve un encontrón con el, y pues creo que fui un poco grosera con el, solo eso.
-mentiras, yo vi todo, solo que no podía salir de mi escondite. Me pareció sospechoso que papá saliera a sentarse a esperarte, tenía que haber alguna razón, así que me escondí en la cocina a esperar que sucediera, yo no pude reaccionar cuando te cacheteo. Perdóname Eli, pude haber evitado que te pegara…
-No pudiste haber evitado nada, era de esperarse y algún día tenia que pasar.- lo interrumpí
Les dedique una sonrisa y subí a mi habitación. Me recosté en mi hermoso edredón negro y me quede profundamente dormida.
Me levante, era tarde ya. Se veía que el sol estaba ocultándose, dejando a su paso, un cielo anaranjado. Baje las escaleras y no vi a nadie, excepto mi Padre, que estaba sentado en el sofá de la sala viendo televisión.
Baje a la cocina y encontré 2 platos tapados con comida, encima de cada plato había un letrero: “PAPÁ” y “ELI”, tome el plato que decía mi nombre y lo lleve al microondas.
Me quede esperando, hasta que mi comida estuviera caliente. De pronto sentí una presencia detrás de mí, Voltee a mirar y esta mi padre tomando el otro plato, pero este lo echo en una olla y lo puso a cocinar en la estufa.
Apenas termino de calentar mi comida, Salí y me senté en el comedor. Mi padre se sentó en frente mío y empezó a comer. Había como un metro de distancia entre el y yo, estábamos frente a frente, pero nos distanciaba una ventana imaginaria de silencio.
-Quiero que te vayas de la casa. – dijo con voz muy serena.
No le conteste, seguí comiendo como si nadie me estuviera hablando. Termine de comer y fui a lavar mi plato. Pero el se levanto rápidamente y se puso en frente mío.
-Que no me escuchaste, quiero que te vayas de la casa.!!!
Vi su cara llena de cólera y simplemente le dije
-Dame permiso, voy a lavar mi plato. Me corrí hacia un lado y seguí hacia el fregadero.
Quedo inmóvil por un segundo, se fue detrás mío y tomo mi plato y lo tiro al piso.
-¿que tengo que hacer para que te largues de una buena vez?- dijo enfurecido
Me di media vuelta y me dirigí hacia mi alcoba y le eche seguro.
De repente escuche que empezó a golpear mi puerta, diciendo maldiciones, diciendo también que yo no tenia que estar en la casa, que tenia que largarme, que era una amenaza para todo el mundo si seguía viviendo aquí.
No hice caso a sus palabras, pero sentí como me ardió cuando una lágrima que bajo por mi mejilla lastimada. Tome un maletín y lo llene de ropa. El vestido de color negro con la tiara lo metí en un bolso aparte y lo guarde con mucho cuidado, guarde el paquete que me habia regalado Armand,guarde todas mis cosas en bolsas y cajas. El retrato del “vampiro Vesh” lo guarde en medio de otros cuadros. Tome mi celular y llame a la joven que me iba a alquilar el apartamento diciéndole que lo tomaba de una vez, pero que fuera y me esperara en frente del apartamento. Empecé a arrojar mis maletas por la ventana, despacio baje las demás, y finalmente tenia que bajarme yo. Iba bajando como las típicas escapadas por la ventana, agarrada de mis 4 sabanas bien amarradas, cuando sentí el suelo, llame un taxi y fui subiendo todas mis cosas lentamente sin que nadie se diera cuenta.
Tenía todo ya en el taxi, no había quedado nada más que mi cama y mi closet en mi habitación. Deje una Nota a mi madre y a mis hermanos diciendo que me comunicaría con ellos a penas pudiera. Que la decisión la había tomado yo. Que no se preocuparan.

CAMINO A UNA NUEVA DECISION.

-Puedo verte después de que te deje en casa. – dijo suavemente
-si claro, déjame dejo el bolso y ya regreso…- dije
-no, espera. Me refiero a escondidas. Que nadie se de cuenta. – dijo en voz baja.
-esta bien. Ven en una hora, yo creo que todos estarán durmiendo cuando llegues.
-esta bien, vendré en una hora. Quiero decirte algo importante.
-bueno, estaré pendiente de tu llegada Armand. – dije saliendo del carro
Apenas cerré la puerta, Armand me dedico una sonrisa y salió rápidamente de mi vista.
Al entrar observe que todos ya estaban durmiendo, menos mi padre que estaba leyendo en la sala.
-hola Papá, ¿no es como muy tarde para que estés leyendo? No es mejor que te vayas a dormir.
-estas no son horas de llegar, tu madre es una alcahueta que deja que tu le pases por encima cuantas veces quieras!!!...
-espérate un momento, yo pedí permiso para salir… lo interrumpí.
-desaparece de mi presencia!!! –dijo viniéndose hacia mi.
Me quede mirándole con ojos de rabia y trate de decirle algo, cuando sentí fue su mano en mi rostro. El lado que había golpeado estaba caliente, no sentía rabia si no frustración. Y Salí corriendo hacia mi habitación.
Me recosté en la puerta, pensando lo que había pasado. No había hecho nada malo, aun. Porque el había reaccionado de esa manera conmigo, yo lo había tratado bien, porque solo me pasaba a mi.
Me recosté en la cama y quede profundamente dormida. Al rato escuche el celular.
-Hola Eli, estoy abajo. – dijo Armand
-lo siento mucho Armand, pero no puedo salir ahora. – dije evitando que me viera golpeada y con la adrenalina al máximo.
-¿paso algo?- dijo curioso
-No, nada. Solo que estoy cansada, mejor porque no nos vemos después.
-esta bien, me llamas cuando te sientas mejor. ¿Vale?
-esta bien, nos vemos.
Tire mi celular a la alfombra y seguí durmiendo.
En la mañana, los rayos del sol entraban por las ranuras de las cortinas, haciendo que quemara mi piel. Me levante y cerré bien las cortinas.
Me acerque al espejo y vi como mi mejilla estaba aun roja, pero estaba inflamada. Vi también que mi lápiz de ojos estaba corrido.
Recogí mi celular del suelo y lo puse encima de mi cama, me quite el vestido y me metí a la bañera. Toque mi mejilla hinchada, dolía mucho. Mire mi reflejo en el agua, me veía mal. ¿Era acaso lo que paso anoche una señal para que me marchara de la casa?
Salí de la bañera y me puse una sudadera y una camiseta blanca y me senté en el borde de mi cama, pensando que iba a decir cuando bajara a desayunar. De repente subí mi rostro y mire fijamente el retrato del “vampiro Vesh” como le puse al cuadro para identificarlo. Sus ojos mostraban soledad y necesitaba compañía.
Eché un poco de maquillaje a mi rostro para que no se notara tan hinchado, tome mi bolso, y baje las escaleras.
Eran las 7.30 de la mañana, todos aun estaban durmiendo. Era domingo, a que se iban a levantar tan temprano. Prepare un chocolate y prepare un sándwich. Cuando termine me dirigí a la sala, tome el periódico que estaba debajo de la puerta y Salí.